Dicen que
rectificar es de sabios, y como Cospedal ya ha rectificado su declaración de
bienes y patrimonio en tres ocasiones, debe estar a punto de obtener el
título de sabionda mayor. La primera fue por no declarar unas indemnizaciones
del Senado, luego por no incluir en la declaración un local en Albacete, y la
tercera por no declarar una indemnización como diputada regional.
Pero al parecer,
tres no son suficientes para el título, y necesitaba una cuarta.
Por eso en la declaración patrimonial de 2014, declara la mitad de la casa
en que vive, pero no la parcela donde está ubicada la casa, terreno de más
de 12.000 metros cuadrados. Y además, lo que declara como construido no se
corresponde con lo que figura en el Registro de la Propiedad y en el Catastro.
Aparte de lo declarado o no, se observa que vive con la misma austeridad que
nos pide a los castellano-manchegos.
A ella le vale con
rectificar. Pero si un responsable político oculta su patrimonio, debería
ser investigado como cualquier hijo de vecino, y no limitarse a rectificar
y santas pascuas. El problema de esta señora es que, es la cuarta vez
que se equivoca en su declaración de bienes. Una, puede pasar, todos
nos equivocamos, pero cuatro no. Si es abogada del Estado, debe
conocer la ley y sus obligaciones, y si las ha incumplido lo ha hecho con
premeditación y alevosía, y presuntamente hasta prevarica. La honestidad no
puede estar reñida con el cargo.
No hace tanto
tiempo, ella defendía la honradez de todo su partido y decía sentirse
insultada cuando se ponía en duda su moralidad. Sin embargo ahora, no pasa
un solo día en el que no se conozcan nuevos casos de corrupción en el
corazón del partido que se autodenomina impulsor de la transparencia. Lo
cierto es que parece que creen tener patente de corso, como si no
entendiesen que las leyes también les afectan a ellos, Particularmente lo de
Cospedal es lo más nauseabundo, al permitirse dar lecciones de moralidad,
cuando siempre se le pilla en renuncios.
Porque no me dirán
que no es llamativo que Cospedal, aun estando casada con una persona,
fiscalmente parece que con quien comparte mesa y cama es con una empresa.
No debe considerarse evasión de impuestos, que una empresa compre media casa
para disfrute personal. Parece que lo normal sería que el salario llegue a una
persona, y luego esa persona se compre una casa. Aquí no, compra la casa la
empresa del marido, la mitad se la regala a Cospedal, y la otra mitad sigue
siendo de la empresa. Por lo tanto deberíamos entender que el objeto
social de esa empresa es el recreo de familia y amigos, y por lo tanto, el
personal de servicio, la limpieza, la jardinería, el mantenimiento de la
piscina, o las obras de adecuación, figuraran como gasto corriente de la
empresa, aunque tal vez se imputen como I+D+I.
Para llorar la
defensa del caso por parte del PP regional. Parece que los terrenos se
clasifican en urbanos, urbanizables, rústicos y sin valor. El de su
presidenta es de los sin valor, y eso que no es precisamente pequeñito, sino
tamaño campo de futbol. Se trata de un asunto privado, de responsabilidad
fiscal de una persona física, pero la defiende todo el partido, y eso que
en sus estatutos no se habla de la defensa de “un terreno sin valor”, pero con
el PP todo es posible para justificar lo injustificable.
Tristemente para
esta región, con el PP la corrupción no parece lo extraño, sino la norma.
Si hubiera que poner un ejemplo de cinismo, sin duda yo escogería la
figura de la señora de la peineta y mantilla yendo a confesarse. Esa que
cada día demuestra que una cosa es predicar y otra dar trigo. La defenderan los
medios de comunicación afines, pero decía Malcon X que si no se está
prevenido contra los medios de comunicación, te harán amar al opresor y odiar
al oprimido. Habrá que estar ojo avizor ante el canto de las cigarras
del cigarral.
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