Con el nuevo año, nos llega la primera consecuencia de la entrada en
vigor de la Ley de Reforma Local. El gobierno ha remitido a la UE su nuevo plan de ajuste para Ayuntamientos y Diputaciones,
y por su contenido no parece dar importancia al hecho de que los
Ayuntamientos hayan cumplido su compromiso de deuda para 2014, y que el incremento
que se ha producido de esta provenga de las CCAA.
El plan para 2015 y 2016, cita los compromisos que adquieren nuestros
Ayuntamientos: “medidas activas de
política fiscal que se manifiestan en subidas tributarias y supresión de
beneficios fiscales”; y en otra parte del documento se lee “mejora de financiación de los servicios públicos
mediante incrementos de tasas y precios públicos”.
Como un chivo expiatorio más de esta crisis, los ayuntamientos han contenido su gasto y controlado su deuda en 2014 a base de recortes de servicios, despidos de personal (casi
87.000 trabajadores en toda España), e incremento
de la recaudación del IBI al revisar los valores catastrales. Las ayudas estatales que han recibido, siempre les han
llegado condicionadas a que realizaran más recortes de servicios a los
ciudadanos, y aplicaran nuevas subidas de impuestos municipales.
Un tercio del conjunto de
ayuntamientos se acogió al Fondo de Pago a Proveedores, que no
solo les ha obligado a ajustarse, sino que además ha
convertido su deuda por gasto corriente, en deuda financiera, lo que ha llevado a algún ayuntamiento a una
situación de quiebra técnica. Si preguntas en el ministerio de Montoro quien
es el responsable de este resultado, no contestan porque saben que ha sido el
propio ministerio. A unos cien ayuntamientos se les ha permitido no pagar en 2014 sus
liquidaciones negativas correspondientes a los ejercicios 2008 y 2009 (unos
3.500 millones), aplazándoles durante 20 años esa devolución.
Esto dibuja el escenario sobre el que se ha elaborado el documento enviado a Bruselas, y donde
se asegura a la UE que en los dos
próximos años, los ayuntamientos van a dejar de prestar servicios por valor de más
de 3000 millones de euros. Su prestación, debería realizarse por las CCAA, pero estas no los han presupuestado para 2015, y exigen del
Estado que les modifique la financiación autonómica para hacerlo. Si esta no se
modifica pronto, la solución será suprimir
esos servicios, una consecuencia ya anunciada si se aplicaba la Reforma
Local del PP.
Asistimos al adiós del
municipalismo, porque el papel de los ayuntamientos cambia, y ya
no serán los principales prestadores de servicios a sus vecinos. Como ya
pasó la época de las especulaciones inmobiliarias, y para nada servirá la demagogia
de reducir los sueldos de alcaldes y concejales a la que alude el PP, (no es ni
el 1%), la única manera para obtener
recursos será aumentar los impuestos, aun sabiendo que darán menos servicios.
Aunque la palabra Ayuntamiento viene de “yugo”, unión, a partir de ahora su función principal no será la unión
de los vecinos, sino la de mero recaudador de impuestos de sus vecinos. Pero llama
la atención que mientras este documento delimita la actuación municipal de los próximos
dos años, no se escuche una sola queja de
los alcaldes y alcaldesas, ni se vea voluntad de cumplir esos compromisos, como sería
por ejemplo ahorrar en partidas
presupuestarias no imprescindibles, tales como las de fiestas locales,
cabalgatas y otros gastos superfluos. Con
independencia del color político todos guardan silencio.
En estos días, algunos Ayuntamientos gastaran en cabalgatas, y luces
navideñas miles y miles de euros, cifras exorbitantes en las grandes
ciudades, y los pequeños municipios gastan estos días en iluminación como las ciudades.
A cinco meses de elecciones, parece que
nadie piensa en a que les obliga la reforma local, y nadie planteará recortes
arriesgándose a no ser reelegido. Ya veremos que se hace a partir
de junio.
Será entonces, cuando los nuevos
representantes municipales, se enteren de que están obligados a decir basta de endeudarse, basta de gastar lo que
no se tiene, y basta de pagar edificios faraónicos, por
mucho que les guste que en la placa de inauguración figure su nombre de ilustre
munícipe. Harían bien los actuales
alcaldes y alcaldesas en posicionarse ya ante las consecuencias de esta Reforma
Local, y con ello facilitar el camino a sus vecinos, además de a sus sucesores
o a ellos mismos si renuevan.
Como siempre seremos los ciudadanos
los encargados de cumplir, con más impuestos y peores servicios, y por eso
sería oportuno que de aquí a las municipales reflexionáramos sobre
esta cita de Facundo Cabral “Escapa de
los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para halagar a
gente que no vale la pena”.
Pero como dicen que de todo hay en la viña, puede que hasta haya quien
piense que también para los ayuntamientos la
crisis ya es historia, como nos dice el señor Rajoy Brey. Y puede que
lleven razón, si con ello se refieren a
la historia interminable, esa en la que desde 1978 nadie ha entendido que los
municipios también son Estado.
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