miércoles, 17 de diciembre de 2014

LA REFORMA LOCAL: DE AYUNTAMIENTOS A RECAUDADORES


Con el nuevo año, nos llega la primera consecuencia de la entrada en vigor de la Ley de Reforma Local. El gobierno ha remitido a la UE su nuevo plan de ajuste para Ayuntamientos y Diputaciones, y por su contenido no parece dar importancia al hecho de que los Ayuntamientos hayan cumplido su compromiso de deuda para 2014, y que el incremento que se ha producido de esta provenga de las CCAA.

El plan para 2015 y 2016, cita los compromisos que adquieren nuestros Ayuntamientos: “medidas activas de política fiscal que se manifiestan en subidas tributarias y supresión de beneficios fiscales”; y en otra parte del documento se lee “mejora de financiación de los servicios públicos mediante incrementos de tasas y precios públicos”.

Como un chivo expiatorio más de esta crisis, los ayuntamientos han contenido su gasto y controlado su deuda en 2014 a base de recortes de servicios, despidos de personal (casi 87.000 trabajadores en toda España), e incremento de la recaudación del IBI al revisar los valores catastrales. Las ayudas estatales que han recibido, siempre les han llegado condicionadas a que realizaran más recortes de servicios a los ciudadanos, y aplicaran nuevas subidas de impuestos municipales.

Un tercio del conjunto de ayuntamientos se acogió al Fondo de Pago a Proveedores, que no solo les ha obligado a ajustarse, sino que además  ha convertido su deuda por gasto corriente, en deuda financiera, lo que ha llevado a algún ayuntamiento a una situación de quiebra técnica.  Si preguntas en el ministerio de Montoro quien es el responsable de este resultado, no contestan porque saben que ha sido el propio ministerio. A unos cien ayuntamientos se les ha permitido no pagar en 2014 sus liquidaciones negativas correspondientes a los ejercicios 2008 y 2009 (unos 3.500 millones), aplazándoles durante 20 años esa devolución.

Esto dibuja el escenario sobre el que se ha elaborado el documento enviado a Bruselas, y donde se asegura a la UE que en los dos próximos años, los ayuntamientos van a dejar de prestar servicios por valor de más de 3000 millones de euros. Su prestación, debería realizarse por las CCAA, pero estas no los han presupuestado para 2015, y exigen del Estado que les modifique la financiación autonómica para hacerlo. Si esta no se modifica pronto, la solución será suprimir esos servicios, una consecuencia ya anunciada si se aplicaba la Reforma Local del PP.

Asistimos al adiós del municipalismo, porque el papel de los ayuntamientos  cambia, y ya no serán los principales prestadores de servicios a sus vecinos. Como ya pasó la época de las especulaciones inmobiliarias, y para nada servirá la demagogia de reducir los sueldos de alcaldes y concejales a la que alude el PP, (no es ni el 1%), la única manera para obtener recursos será aumentar los impuestos, aun sabiendo que darán menos servicios.

Aunque la palabra Ayuntamiento viene de “yugo”, unión, a partir de ahora su función principal no será la unión de los vecinos, sino la de mero recaudador de impuestos de sus vecinos. Pero llama la atención que mientras este documento delimita la actuación municipal de los próximos dos años, no se escuche una sola queja de los alcaldes y alcaldesas, ni se vea voluntad de cumplir esos compromisos, como sería por ejemplo ahorrar en partidas presupuestarias no imprescindibles, tales como las de fiestas locales, cabalgatas y otros gastos superfluos. Con independencia del color político todos guardan silencio.

En estos días, algunos Ayuntamientos gastaran en cabalgatas, y luces navideñas miles y miles de euros, cifras exorbitantes en las grandes ciudades, y los pequeños municipios gastan estos días en iluminación como las ciudades. A cinco meses de elecciones, parece que nadie piensa en a que les obliga la reforma local, y nadie planteará recortes arriesgándose a no ser reelegido. Ya veremos que se hace a partir de junio.

Será entonces, cuando los nuevos representantes municipales, se enteren de que están obligados a decir  basta de endeudarse, basta de gastar lo que no se tiene, y basta de pagar edificios faraónicos, por mucho que les guste que en la placa de inauguración figure su nombre de ilustre munícipe. Harían bien los actuales alcaldes y alcaldesas en posicionarse ya ante las consecuencias de esta Reforma Local, y con ello facilitar el camino a sus vecinos, además de a sus sucesores o a ellos mismos si renuevan.

Como siempre seremos los ciudadanos los encargados de cumplir, con más impuestos y peores servicios, y por eso sería oportuno que de aquí a las municipales reflexionáramos sobre esta cita de Facundo Cabral “Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para halagar a gente que no vale la pena”.


Pero como dicen que de todo hay en la viña, puede que hasta haya quien piense que también para los ayuntamientos la crisis ya es historia, como nos dice el señor Rajoy Brey. Y puede que lleven razón, si con ello se refieren a la historia interminable, esa en la que desde 1978 nadie ha entendido que los municipios también son Estado.

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