lunes, 2 de junio de 2014

El proyecto de tratado de libre comercio entre la UE y EEUU


Mientras los españoles andamos distraídos con la abdicación real, con los choriceos nacionales o con las primarias en el PSOE, en Europa nos la están jugando y bien. El proyecto de tratado de libre comercio entre la UE y EEUU (TTIP), puede ser el golpe definitivo para implantar de pro vida que el empleo en Europa sea precario y sin los más mínimos controles laborales y sin importar los cuidados ambientales. Solo saber que se hace en beneficio de las grandes multinacionales, que conseguirían reducir los costes y evitar someterse a las diferentes regulaciones existentes en Europa.
 
El gran objetivo de este acuerdo es la liberalización de todos los sectores de servicios, y sobre todo de los servicios financieros. Llama la atención, que mientras por un lado nos hablan de imponer una tasa a las transacciones de capital, con este tratado se eliminan las regulaciones existentes de los distintos gobiernos, y deja barra libre para las grandes transacciones entre las grandes bolsas mundiales. El tratado tiene el visto bueno de los mismos que prometen imponer esa tasa.
 
El TTIP concentra todo el poder económico y político en las manos de las elites económicas. Ejemplo de esto es que uno de sus objetivos es eliminar el Principio de Precaución que regula el uso de las sustancias químicas peligrosas o las normas de seguridad alimentaria, que en estos momentos les impiden aumentar sus exportaciones.
 
Como médico me aterra que con este tratado primen los intereses de las empresas farmacéuticas y a las de servicios hospitalarios, sobre los de los pacientes, ya que les permitiría a aquellas impugnar por vía legal la existencia de servicios públicos de salud, y a la vez debilitaría las posibilidades de acceso de los pacientes a muchos medicamentos puesto que el TTIP refuerza los derechos de propiedad intelectual y eso impedirá la elaboración de medicamentos genéricos, lógicamente más baratos.
 
Tampoco la salud alimentaria se escapa a las consecuencias de este tratado, que tendrá especial incidencia sobre los organismos genéticamente modificados (más conocidos como transgénicos), que ahora en Europa requieren de una supervisión, y tras este tratado ese requisito desaparecerá.
 
Como trabajador en el medio rural, me preocupa también que el tratado resulte catastrófico para las pequeñas empresas locales que verán mermadas sus ventas a organismos públicos, puesto que al obligar a estos a hacer concursos públicos abiertos para que puedan concurrir empresas de cualquiera de los países firmantes del tratado, esto colocara a las empresas locales frente a grandes multinacionales con todas las papeletas para perder la licitación.
 
Sobre el medio ambiente su incidencia no será menor, y así, el ahora popular fracking u obtención de gas y petróleo mediante la fractura hidráulica, vería como las normas europeas que lo prohíben tendían menor rango que el tratado.
 
El estudio de impacto de la propia Comisión Europea, ya advierte lo negativo que resultará este tratado para el empleo, con importante pérdida de puestos de trabajo en sectores ya muy debilitados como el sector ganadero, del azúcar,  fertilizantes agrícolas, madera y papel, maquinaria electrónica, etc. Si con la firma de este tratado, la UE permite que primen los intereses de las grandes empresas sobre los derechos laborales de los europeos, el derecho a la huelga o el de negociación colectiva no hará falta que se los cargue cada gobierno de derechas en su respectivo país, sino que con la firma de este tratado, todo ira incluido en el paquete.
 
A modo de resumen, este tratado solo sirve para que continúen creciendo las desigualdades entre los europeos, y dentro de todos y cada uno de los países que componen la UE. Sería muy de aconsejar que los europarlamentarios de izquierdas, se negasen a su ratificación, salvo que hayan decidido apostar porque los trabajadores europeos en general, debamos conformarnos de por vida con solo aspirar a un salario de miseria.

1 comentario:

  1. Si no recuperamos un cierto peso para la izquierda en Europa, estamos perdidos

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