martes, 27 de mayo de 2014

Antes las primarias y luego el congreso. Pero los cambios desde ya.


Terminadas las elecciones europeas, hay que felicitar a todos los que se consideran ganadores, es decir, a todos menos a los socialistas. Chapeau para Elena Valenciano que asumía la derrota con la entereza que le ha faltado para hablar de propuestas en la campaña en lugar de ser monotemática con el machismo de Cañete.

 

Pero dicho esto, resulta paradójico ver cómo tras estas elecciones los defensores del sistema capitalista tienen mayor poder que la pasada semana, y además con cinco años para continuar recortando los derechos y las libertades ciudadanas.   Y si algo no puede ponerse en duda, es que los socialistas hemos obtenido unos pésimos resultados para tanto estatales, autonómicos, como en Albacete, que merecen una reflexión.
 
La derecha ha sufrido una pérdida de apoyo espectacular, y sus votos solo representan el 11.5 % del electorado, lo que debería hacerle plantearse que de mayoría absoluta, ya no le queda nada de nada. Pero como siempre ocurre, aunque el voto de izquierdas supera al de la derecha, la dispersión entre los diferentes partidos de izquierda, permite a la derecha mantener su mayoría, y después de lo anunciado por Rubalcaba no puede ponerse en duda que el resultado del domingo marca en el PSOE un antes y un después.
 
A algunos militantes nos llama la atención, que quienes nos acusaban de irresponsables por expresar descontento con la dirección socialista por cómo se habían planificado esta campaña (sobre todo con las diferentes Secretarias de Organización Federal, Regional y Provincial), hoy nos mostremos más respetuosos con el Secretario General que ellos, porque a algunos les ha faltado tiempo para echar la culpa a Rubalcaba de todos los males del socialismo y lanzarse a su yugular.
 
Estos renovadores repentinos, deberían comenzar por asumir que ellos son parte de lo que representa Rubalcaba, pero siguen sin darse cuenta de que el problema es bastante más profundo y no se soluciona solo con cambiar al Secretario General. El anuncio de Rubalcaba de un Congreso extraordinario, abre el tiempo en el que los corchos (los que flotan siempre) empiecen a hacer sus cálculos buscando cambiar la cara del PSOE para que todo continúe igual, y si es necesario prometer cambios internos que luego ellos nunca cumplen. Algunos que siempre están a lomos del caballo ganador, parece que se han olvidado pronto de que del resultado electoral del domingo además de Rubalcaba, todos somos responsables, las bases también, pero sobre todo las direcciones en los diferentes ámbitos.
 
Pero entre las bases socialistas, empieza a ser mayoría quienes creemos que ya ha pasado el tiempo de dejar que se manipule a las agrupaciones, intentando algunos con ello seguir en su chiringuito. Hoy los socialistas necesitamos representantes que sean y se vean, como ejemplo para todos los ciudadanos, y a muchos nos resulta nauseabundo que ahora se utilice a Rubalcaba como el chivo expiatorio de esta situación, intentando así acallar las voces que desde las bases demandan que cambien todas las caras de la dirección del partido y a todos los niveles. Toca renovar cargos y aparcar los privilegios de algunos, que con razón o sin ella, los ciudadanos están convencidos de que solo quieren seguir en política para vivir del cuento.
 
Por mucho que a algunos les pese, solo puede llegar un cambio de ciclo para el PSOE, si se marcha la actual dirección, empezando por las provincias y terminando en Ferraz, y sería aconsejable que antes de marcharse los actuales pidieran perdón a los votantes que se han sentido traicionados en su confianza.
 
El Secretario federal ya lo ha anunciado y ha realizado una propuesta de transición. Me parece una propuesta errónea, porque plantea celebrar primero un Congreso extraordinario y luego primarias. Muchos creemos que sería más símbolo de que ha llegado el cambio, si se altera la secuencia de esos acontecimientos. En unas primarias abiertas los ciudadanos podrían decidir el modelo de partido y quien quieren que les lidere, además de evitar el riesgo de la bicefalia. Hacerlo a la inversa supone elegir primero Secretario General, y sin duda eso condicionaría las posibilidades de alguno de los candidatos a primarias si no es del gusto del Secretario General elegido.
 
Si los posibles candidatos a primarias quieren comenzar poniendo de manifiesto que se presentan con voluntad de cambio, deberían cuestionarse si participan o no en este proceso, porque supone continuar con los mismos errores que nos han alejado de ser un partido cercano y creíble para la mayoría de los ciudadanos. Estoy seguro que alguno alzará la voz contra que el proceso sea así, y si lo hace,la dirección de Ferraz debería escucharle.

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