Hoy el Secretario general del PSOE de Castilla La Mancha
pedía la dimisión de la Presidenta Regional y del Presidente de las Cortes
Regionales por su implicación en la financiación ilegal de la campaña electoral
que les llevó al gobierno de la Comunidad Autónoma. Lo hacia apelando a la
decencia politica. Y en cualquier país europeo, eso sería pedirlo, y más lógico
aún que no hiciera falta hacerlo porque renunciase a su cargo sin necesidad de
que la oposición se lo pida (recordemos que un ministro británico dimitió por
una multa de tráfico que hacía años habían puesto a su mujer, y fue condenado a
penas de prisión por mentir), pero si el nivel se pusiera tan alto aquí, nos
encontraríamos que la mayor empresa del país no sería el paro, sino
instituciones penitenciarias.
Y esto sería en cualquier país europeo, porque aquí la
justicia no es imparcial (tiene la venda quitada ni siquiera para ser Presidente
del Constitucional) y en muchos casos sirve a intereses inconfesables. No nos
engañemos, la culpa es solo nuestra, de los ciudadanos en conjunto, que ante las
muestras de que el sistema tiene fisuras y hace aguas, nos obstinamos en
sostenerla y no enmendarla, y creer que un cambio constitucional, un cambio de
ley electoral, o una ley de transparencia rígida, deben causarnos
obligatoriamente miedo como a quien salta al vacio.
Apelar a la decencia para pedir que dimita Cospedal, sería lo
logico, pero es obvio que para poner la decencia en valor hay que tenerla entre
los valores de la persona. Y no puede considerarse que sea decente quien es
capaz de cerrar escuelas rurales o puntos de urgencias, sin importarle nada más
que el aspecto económico. No puede ser decente quien tiene a su consorte en todo
tipo de ingenierías financieras, o quien se presenta como la nueva cenicienta a
la que habían encargado la limpieza de Génova 13, pero se ha dedicado a esconder
la mierda bajo las alfombras. Es imposible que sepa lo que es decencia, y lo
queramos o no, esta señora vive en otro mundo mientras los ciudadanos a los que
supuestamente gobierna, andamos jodidos precisamente por su falta de decencia
politica.
Pero está claro que debe dimitir por esto y por otras muchas
causas: por sus contradicciones, por sus falacias, por sus medias verdades, y
por todas las florituras lingüísticas que utiliza para disfrazar la verdad. Y me
da igual que lo haga en directo o en diferido. Pero el Secretario General
socialista debe saber que el mayor obstáculo para que lo haga, es que dimitir es
un verbo, y Cospedal debe creer que es un nombre ruso. Dimitir es un ejercicio
de ética y de moral por parte de quien se considera autor de un hecho
reprochable, y ella se sabe autora, aunque lo niegue, pero carece de esa etica.
Y por tanto estoy convencido que esta señora no se va a marchar. Con seguridad
se enrocará como Rajoy y se dedicará a atar todo lo atable para evitar dejar el
gobierno regional (como por ejemplo modificar el número de diputados
regionales), y aunque le resulte inevitable que algunos votantes se desengañen
de su imagen de politica capaz, ella sabe que otros la votaran aunque la vean en
video llevándose dinero a espuertas.
La única forma de que esta señora conoce para dimitir es
cuando no la voten, pero desgraciadamente para este país la democracia solo se
ejerce el día de las elecciones. Pero si ese día un partido cuenta con
financiación extra, solo si eso se demuestra saltará el delito electoral, porque
si no sale a la luz la corrupción de financiar ilegalmente, aún contara con mas
recursos para permanecer en el poder.
El mayor motivo que debería tener para dimitir, sería la
verguenza ajena, esa que sentimos los castellano manchegos de tenerla por
Presidenta, pero eso a ella no le importa, y a sus fanáticos, tampoco. Para
dimitir por verguenza ajena hay que tener decencia, asi que se resitira como
gata panza arriba.Al fin y al cabo, doscientos mil euros para ella no son
nada.
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