martes, 9 de abril de 2013

Mujer y rural, la discriminación al cuadrado


No parece discutible, aunque sea matizable, que la reivindicación fundamental de las mujeres debe ser la de la igualdad de derechos en todos los aspectos con respecto a los hombres, y que en este camino queda mucho trayecto por recorrer. La particular situación que añade la ruralidad, es un obstáculo más para alcanzar esas ansiadas cuotas de igualdad, al encontrarnos que a la desigualdad de género, se añade la desigualdad del territorio en que esta reivindicación se produce (el medio rural) con respecto al medio urbano.
 
Esto puede explicar el porqué las reivindicaciones de las mujeres rurales deben ir más allá de las de las urbanas, puesto que a sus demandas de igualdad como colectivo debemos añadir la reivindicación a favor del medio en el que viven, cada vez hoy mas estigmatizado por las consecuencias de la actual crisis.
 

La puesta en marcha de una política de igualdad adaptada a la realidad del medio rural en nuestro país sería tan amplia de describir, que posiblemente resultase cansada al lector. Pero si hemos de elegir un aspecto concreto entre todos los posibles, además de las cuotas de igualdad ante la ley, el objetivo fundamental debería ser la lucha contra las formas de discriminación y desigualdad que las mujeres encuentran en el mercado de trabajo, que casi siempre se consideran limitadas a las que existen por razón de sexo, y a las que cada vez hay que añadir otras nuevas emergentes por razón de religión, edad o raza.
Habría que empezar por asumir, si queremos cambiar la situación actual, que la mujer rural está ocupando el lugar que la tradición cultural le ha venido asignando, es decir, un segundo plano en el mundo laboral, y una misión dirigida al ámbito domestico. Esto es mucho más palpable que en al ciudades donde las tradiciones cada vez han perdido más fuerza y esta tradición también lo ha hecho.
Las mujeres que realizan un trabajo fuera de casa, en general, lo siguen haciendo en aquellos puestos que la tradición marca a las mujeres. Sufren un mayor índice de paro que los hombres, su acceso al mercado laboral se hace en la mayoría de los casos con carácter estacional, en la economía sumergida, de lo que en gran manera es responsable la falta de cualificación laboral a la que ese mismo modelo tradicional la ha conducido.  En el caso de las mujeres rurales esto se agudiza.
Pero sería falsear la realidad, el no resaltar, que un número importante de situaciones de discriminación que viven las mujeres, son consecuencia de su propia actitud en la que priman posturas como: una escasa reivindicación en el mundo laboral, posturas individualistas frente a problemas comunes, carencia de espíritu asociacionista, falta de interés en el acceso a puestos de responsabilidad política, baja autoestima, y sobre todo, la baja valoración social del trabajo que realizan en casa. Si unimos todos estos aspectos, el hecho es que la sociedad considera a las mujeres como un sector laboral de características especificas.
Para salir de esta situación, es necesario que en el medio rural se invierta en infraestructuras y en servicios, que faciliten esta incorporación de la mujer al mercado de trabajo (guarderías, Centros de Día, etc.), y estas dotaciones deben ser acompañadas de inversiones para la formación de la mujer, que deben realizarse de forma mantenida en el tiempo.
Es necesario acometer un plan de actuaciones que: fomente el desarrollo de la carrera profesional en las mujeres; promueva y posibilite el acceso y participación de la mujer en los procesos de toma de decisión de las colectividades rurales; trabajar para lograr la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los sectores productivos y empresariales; y favorecer la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres ante el trabajo.
Como instrumentos para hacer esto posible señalamos: legislación que discrimine positivamente a la mujer, formación en nuevas tecnologías, facilidad para prácticas laborales, ayudas a la creación de empresas, formación en servicios de proximidad, campañas de sensibilización social sobre estas problemáticas, apoyo al asociacionismo, mejores dotaciones de infraestructuras y servicios locales, etc.
Lo que no es admisible es permanecer impasibles sin luchar por un objetivo compartido: la igualdad plena.

1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo, ojala se creen más blogs como este.

    Tengo un artículo en mi blog sobre este tema, llamado la opresión de la mujer: www.mujerfuturista.blogspot.com,si le interesa estaré encantada de saber su opinión. Un saludo, y gracias.

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