miércoles, 3 de abril de 2013

Gobernados por mentirosos

Estamos gobernados por un montón de mentirosos. Nadie puede negar que mientras el Jefe del Estado apoyaba la causa de proteger la naturaleza, en paralelo liquidaba paquidermos. Nadie puede negar que el gobierno nos engañe y estafa aplicando un programa electoral que no ha votado ni quienes lo votaron. Nadie puede negar que las cuentas autonómicas sean mentira. Nadie puede negar que los españoles vivimos mucho peor que el 20-N de 2011. Nadie puede negar que nuestros Ayuntamientos hagan piruetas para mantener los servicios, mientras los munícipes garantizaron su continuidad.
La lista de mentiras que nos rodean es larga y su consecuencia es el hastió y la desesperanza del españolito de a pie. Nuestro derecho a protestar lo legitima ese rosario de mentira tras mentira. No podemos creernos nada ni confiar en nadie, y eso está haciendo que cada uno vayamos a lo nuestro y aplicamos aquello de cada cual se las arregle como pueda.
A los únicos a quienes les queda algo de credibilidad es precisamente a quienes protestan, y eso hace que al protesta sea la única forma de hacer política que nos están dejando. Eso sí, con algún que otro mamporrazo de las fuerzas de orden público, alguna detención, y sobre todo con declaraciones fuera de tono de los gobernantes que nos retrotraen a tiempos peores.
Vivimos en la democracia de las palabras prohibidas, de las declaraciones escritas, de las comparecencias sin preguntas, del gobierno que no gobierna sino que obedece, de la oposición que no se opone sino que consensua. Para que un problema no exista, basta con ni tan siquiera citarlo Lo único que sigue igual son los ricos, que siguen ricos, mucho más ricos.
Cuando el PP se escuda en la herencia recibida para disimular su incapacidad y su incompetencia para dar soluciones a los ciudadanos, alguien debería arrojarle a la cara esta España a la que están triturando y hacerles ver que esta será su herencia, la que mañana le van a dejar a quienes lleguen al futuro. Tras año y medio de desgobierno de  tontoros, fatimas y guindas, ya solo aplican la táctica del que trabaja al aire libre y empieza a llover, esperar a que escampe. Ni pide explicaciones a la nube, ni las da cuando alguien le comenta lo poco que le ha cundido el trabajo ese día.
Ahora Rajoy se ha reunido con sus fieles y se ha disfrazado de profeta a ver si cuela “en el 2014 esto va a ser España va bien”. Aplausos enfervorecidos, sonrisas forzadas y palmaditas en la espalda de sus acólitos. Pero también gente que tras oírlos en la TV dice aquello de “a ver si es verdad”. Esta es la clave de un gobierno desnortado aunque obedezca las órdenes del norte europeo, a pesar de todos los abusos, aún no son suficientes para que nos sintamos masivamente victimas. Su mentalidad autoritaria provoca miedo al ciudadano y entramos a separarnos entre los amedrentados y los no amedrentados, y así el PP consigue su objetivo de divide y vencerás
Todos, votantes de uno u otro partido, sufrimos la crisis del sistema sin ser culpables de ella. La salida de la crisis tenemos que conseguirla los ciudadanos y ciudadanas cada día y parece que a través de un nuevo tejido asociativo del que seamos participes y no solo representados, pero no debemos olvidarnos de por qué se produjo esa crisis, ni olvidarnos de quiénes la produjeron. Y sobre todo que lo que hagamos los cambios que hagamos a partir de ahora, deben conseguir que no se repita.
 
Ojala, al levantarnos una mañana, nos demos cuenta, que esos tic autoritarios solo son el reflejo de la incapacidad y la impotencia de un gobierno, y no de la sociedad. Militemos en el optimismo de que querer es poder.

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