miércoles, 27 de marzo de 2013

Se ha ganado una batalla, pero por desgracia, continúa la guerra.


Con nocturnidad y alevosía, el gobierno Cospedal ha derogado la orden de cierre de las urgencias nocturnas de los 21 Puntos de Atención Continuada (PAC) de la región, a raíz de las resoluciones judiciales que dan la razón a los ayuntamientos afectados. Por esta orden hemos conocido manifestaciones de los vecinos impensables en pueblos pequeños, dimisiones de concejales del PP, y una serie de declaraciones del gobierno regional en estos tres meses transcurridos que merecen ser comentadas.
 
La rectificación es la muestra de que “si se puede” pero que para conseguirlo es necesario la lucha diaria como han hecho los ciudadanos afectados, y es gracias a esa lucha y solo a ella, por la que se ha conseguido este paso atrás de Cospedal. Los ciudadanos de nuestra región han dado al resto del país una lección que deberían aplicarse.
 
La primera reacción al leer esta mañana la noticia, no puede ser otra que la satisfacción como trabajador de la salud y ciudadano,  por considerar que lo que se pretendía con esa orden no era un tema de ahorro económico, sino un cambio en el modelo asistencial en la comunidad, y en concreto en lo referente a los ciudadanos rurales y a sus derechos.
 
Sin embargo, esta tarde leyendo las declaraciones del consejero Echaniz, mi satisfacción inicial se ha transformado en un “a ver que se le ha ocurrido ahora”. El porqué de este cuestionamiento trataré de explicarlo a continuación.
 
Quien rectifica no es un consejero cualquiera. Echániz, médico de profesión y colegiado en Guadalajara, se caracteriza por ser alguien al que se le calienta la boca  a las primeras de cambio, lo que le costó salir con las orejas gachas de la Comunidad de Madrid. Es el consejero que con una actitud de soberbia extrema, fue capaz de convertirse en ocasiones en Trending Topic de las redes sociales, al provocar con sus declaraciones la indignación de compañeros médicos y ciudadanos en general. Es el responsable de sanidad del PP.
 
Frutos de su verborrea, son frases como  “Los médicos duermen, no trabajan”, llamar “francotiradores” a los dependientes, acusarnos a los médicos de “llorar, trabajar poco y mirarse el ombligo”, o decir que el copago de medicamentos por los pensionistas eran “cuatro cafés al mes”, o decir que los inmigrantes “cogen una patera porque sabían que en España tenían la asistencia sanitaria garantizada”. Estamos por lo tanto, ante las expresiones claras del pensamiento de la derecha pura y dura. Lo único que se me ocurre decirle, es que se descalifica el solo.
 
Hoy, después de la rectificación, ha declarado en Cuenca, que si pensamos que se trata de un paso atrás nos equivocamos, porque piensa mantener los mismos principios que le hicieron plantear el cierre de urgencias. Textualmente ha dicho que "no ha sido una rectificación, sino todo lo contrario, ha sido un paso para tomar impulso y seguir haciendo las cosas bien", y a continuación ha anunciado un nuevo plan de asistencia sanitaria rural “más riguroso y pegado al terreno".
 
La sensación que tenemos muchos y muchas es que Echaniz ha decidido que si no queremos café, vamos a bebernos dos tazas. No afectará solo a los veintiún puntos PAC cerrados con la orden ahora derogada, sino a la totalidad del mapa sanitario regional. Y sobre todo lo que parece aconsejarnos poner las barbas a remojar, es la calificación de que ese nuevo plan quiere ser “mucho más ambicioso” para conseguir una sanidad “más moderna, más ágil y más resolutiva, que genere mucha más satisfacción a todos los ciudadanos de la región”. En resumen, esto se traduce en: os vais a enterar ignorantes.
 
Todo hace pensar por quien lo dice, y por el tono de sus expresiones, que al parecer estaría pensando en vengarse de los ciudadanos que han osado contestar a sus caprichos. Para el gobierno de la señora Cospedal y sus consejeros, no debe ser aún suficiente el aumento del paro, cargarse la atención a dependientes, el copago de los medicamentos y ambulancias, disminuir pensiones, disminuir las becas, quitar el transporte escolar, y otras muchas cosas que los castellano manchegos soportamos cada día. Necesitan rematar su faena y a nosotros.
 
En cualquier país europeo, este consejero no duraría un solo día en el cargo, pero aquí ya sabemos que el verbo dimitir es un nombre ruso, y cesar es un emperador romano. Pero estos dirigentes son los que nos hemos dado nosotros mismos, y aunque no lo creo, deben ser los que nos merecemos los honestos y honrados ciudadanos de esta región.
Habrá que estar atentos, porque la sensación es que esto no ha acabado, sino que acaba de empezar.
 

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