Con
nocturnidad y alevosía, el gobierno Cospedal ha derogado la orden
de cierre de las urgencias nocturnas
de los 21 Puntos de Atención Continuada (PAC) de la región, a raíz de las
resoluciones judiciales que dan la razón a los ayuntamientos afectados. Por
esta orden hemos
conocido manifestaciones de los vecinos impensables en pueblos pequeños,
dimisiones de concejales del PP, y una
serie de declaraciones del gobierno regional en estos tres meses transcurridos que
merecen ser comentadas.
La
rectificación es la muestra de que “si se puede” pero que para conseguirlo es
necesario la lucha diaria como han hecho los ciudadanos afectados, y es gracias
a esa lucha y solo a ella, por la que se ha conseguido este paso atrás de
Cospedal. Los ciudadanos de nuestra región han
dado al resto del país una lección que deberían aplicarse.
La primera
reacción al leer esta mañana la noticia, no
puede ser otra que la satisfacción como trabajador de la salud y ciudadano, por considerar que lo que se pretendía con esa
orden no
era un tema de ahorro económico, sino un cambio en el modelo asistencial en la
comunidad, y en concreto en lo referente a los ciudadanos rurales y a sus
derechos.
Sin embargo, esta tarde leyendo las declaraciones
del consejero Echaniz, mi satisfacción inicial se ha transformado en un “a ver
que se le ha ocurrido ahora”. El porqué
de este cuestionamiento trataré de explicarlo a continuación.
Quien
rectifica no es un consejero cualquiera.
Echániz, médico de profesión y colegiado en Guadalajara, se caracteriza por
ser alguien al que se le calienta la boca
a las primeras de cambio, lo que le
costó salir con las orejas gachas de la Comunidad de Madrid. Es el consejero
que con
una actitud de soberbia extrema, fue capaz
de convertirse en ocasiones en Trending Topic de las redes sociales, al provocar con sus
declaraciones la indignación de compañeros médicos y ciudadanos en general. Es el responsable de sanidad del PP.
Frutos de su verborrea, son frases como “Los médicos duermen, no
trabajan”, llamar “francotiradores”
a los dependientes, acusarnos a los médicos de “llorar, trabajar poco y mirarse
el ombligo”, o decir que el copago de medicamentos
por los pensionistas eran “cuatro cafés al mes”, o decir que los
inmigrantes “cogen una patera porque sabían que en España tenían la asistencia
sanitaria garantizada”. Estamos por lo tanto, ante las expresiones
claras del pensamiento de la derecha pura y dura. Lo único que se me ocurre decirle, es que se descalifica el solo.
Hoy, después de la rectificación, ha
declarado en Cuenca, que si
pensamos que se trata de un paso atrás nos equivocamos, porque piensa mantener los mismos principios que
le hicieron plantear el cierre de urgencias. Textualmente ha dicho que "no ha sido una rectificación,
sino todo lo contrario, ha sido un paso para tomar impulso y seguir haciendo
las cosas bien", y a continuación ha anunciado un nuevo plan de asistencia sanitaria rural “más
riguroso y pegado al terreno".
La sensación que tenemos muchos y muchas es que Echaniz ha decidido que si no queremos café, vamos
a bebernos dos tazas. No afectará
solo a los veintiún puntos PAC cerrados con
la orden ahora derogada, sino a la totalidad
del mapa sanitario regional. Y sobre todo lo que parece
aconsejarnos poner las barbas a remojar, es la calificación de que ese nuevo plan quiere ser “mucho más ambicioso” para conseguir una sanidad
“más moderna, más ágil y más resolutiva, que genere mucha más satisfacción a
todos los ciudadanos de la región”. En resumen, esto se
traduce en: os vais a enterar ignorantes.
Todo hace pensar por quien lo dice, y por el
tono de sus expresiones, que al parecer estaría pensando en vengarse de los ciudadanos
que han osado contestar a sus caprichos.
Para el
gobierno de la señora Cospedal y sus consejeros, no debe ser aún suficiente el
aumento del paro, cargarse la atención a dependientes, el copago de los
medicamentos y ambulancias, disminuir pensiones, disminuir las becas, quitar el
transporte escolar, y otras muchas cosas que los castellano manchegos
soportamos cada día. Necesitan rematar su faena y a nosotros.
En cualquier
país europeo, este consejero no duraría un solo día en el cargo, pero aquí ya sabemos que el verbo dimitir es
un nombre ruso, y cesar es un emperador romano. Pero estos dirigentes son los que nos hemos dado nosotros mismos, y aunque
no lo creo, deben
ser los que nos merecemos los honestos y honrados ciudadanos de esta región.
Habrá que estar atentos, porque la
sensación es que esto no ha acabado, sino que acaba de empezar.
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