Ayer, viendo las noticias de la última semana, parece que a Rubalcaba todo el mundo tiene derecho a
apalearle. Desde
los
medios afines al PP, porque
solo se teme como adversario al PSOE, por muy en horas bajas que
podamos estar. Esos medios saben que
en quince autonomías es el único rival al que le guardan el aire, y lógicamente se
dedicarán a publicitar cualquier problema que exista en Ferraz si con ello
debilitan al rival, y nada mejor que hacerlo en castigar
la figura de su Secretario General.
Para los medios
de izquierda ávidos de nuevas caras, Rubalcaba representa a la vieja guardia, y para los
que apuestan por partidos con
otras
alternativas de izquierdas, nada mejor que agrandar nuestras disputas como si
en sus formaciones no existieran disputas y enfrentamientos mayores o como estas.
Tampoco
los llamados barones territoriales van a arreglar la situación, y ninguno sería mejor que el actual
Secretario General, y si
alguno lo piensa, con ello demuestra que sería peor Secretario General por
falta de compañerismo, en un partido en el que en estos tiempos el compañerismo a
veces se echa de menos.
Y qué decir de lo que ocurre entre los y las militantes. Nos ponemos nerviosos
contemplando como la falta de rumbo está detrás del deterioro que nuestro
partido sufre, y nos gustaría comenzar a ver un cambio. Sinceramente
creo, que el primero
al que le gustaría no estar en el centro del remolino es al propio Rubalcaba, pero tanto si se marcha como si se
queda, le toca comerse unos "marrones" que en ambas situaciones también
se comerá el sucesor o sucesora.
Estamos
en ese punto donde haga lo que haga, y diga lo que diga, da lo mismo. Me parece que Rubalcaba
no se merece salir de manera forzada.
Siempre ha demostrado ser un buen político, y no
descubro nada nuevo si digo que
tuvo
la oportunidad de retirarse por la puerta grande en otro momento. Pero en
estos momentos, por muy
buena que sea, cualquier propuesta suya se encontrará con el inexorable
"haberlo hecho tú antes", y así el desgaste personal y el de la organización se acrecientan
cada día. Repito, que no lo
merece.
Los tiempos están cambiando desde que la globalización ha hecho que las comunicaciones y
las redes sociales sustituyan a los mítines, a los programas electorales de
mano, a las consignas de partido,
etc., y eso hace que los partidos políticos ya no sean útiles
a la sociedad tal como los conocemos. Necesitamos un nuevo concepto de partidos defensores de
nuestros intereses, que permitan la participación ciudadana en la vida
política, que consulten las grandes decisiones, que puedan elegir en listas
abiertas a sus representantes, que sus afiliados tengan la palabra y no solo la
obligación de pagar la cuota, etc.
Es cambiar las formas
de hacer política, cambiar sus estructuras y formas de elección internas, y
sobre todo cambiar las formas de relacionarse los partidos con la sociedad, y no solo un cambio de caras de los
representantes de los partidos. Esa será la única manera de que la sociedad se sienta
representada, pero sobre todo RESPETADA por sus instituciones y por quienes en
ellas la representan. Lo
dice el refranero, es el momento de RENOVARSE O MORIR.
Aunque cueste admitirlo a muchos dirigentes, necesitamos recuperar la credibilidad, y para ello
hace falta que nuestros candidatos sean creíbles, que es la única forma de que
sean creíbles nuestras propuestas,
y eso pasa obligatoriamente porque todos y todas, dirigentes y candidatos,
sean elegidos por el voto del conjunto de afiliados y simpatizantes. Hablo de más democracia
interna. Pero además se necesita
un programa claramente de izquierda sin ambigüedades, entre otras cosas que
apueste por un estado laico, por un cambio de la estructura fiscal, por un
cambio de la Ley electoral, y sobre todo por una apuesta decidida contra el
desempleo
que pasa desde luego por anular no solo la reforma
laboral actual, sino muchas leyes laborales obsoletas.
No hace falta ser sociólogo para darse cuenta que en la calle reina la desolación y el pesimismo,
sobre todo en las clases obreras porque las dirigentes cada vez hacen mayor
ostentación de lo bien que viven,
y cambiar eso es nuestra obligación como
socialistas. Puede que la
alternativa a la derecha gobernante sea una gran coalición de las fuerzas de
izquierda, pero eso
será difícil si a diario, desde una izquierda que se
considera en posesión de la pureza ideológica, se continúa poniendo en el
mismo nivel a PSOE y PP, porque son organizaciones cuyas bases son ideológicamente
muy diferentes, y seguramente quien más reclama purismo solo vea la mota en el ojo
ajeno y nunca la viga en el propio,
Pero quiero terminar con una advertencia a
esos medios que tanto atacan al PSOE personalizando
el ataque en Rubalcaba. Hay una cuestión de la que no deben olvidarse y que
parece que obvian en sus editoriales, con lo sencilla que es: este es un asunto que debemos
resolver los militantes y simpatizantes socialistas, no ellos.
Estimado antonio, no te quepa duda que comparto contigo toda tu exposición, pero mirándonos hacia adentro, hay que pensar hasta qué punto estamos dispuestos ha hacernos esa autocrítica, que desmantelaría a la mayor parte de estómagos agradecidos que tenemos en esta organización y que de ninguna manera parecen tener interés en bajarse de la burra a la calle y empezar a andar con el viento en contra. Agradeciendo siempre tus comentarios, creo que nos estamos volviendo rancios. Demasiados protocolos en la izquierda, demasiado mirar lo que se dice por lo que puedan decir(los otros nuestros). Rubalcaba?, porqué no, no ha tenido nadie cojones a aguantar los chaparrones que está aguantando, que se desgaste solo, rien compañeros por las esquinas y que el viento apriete. Con el modelo de listas los interesados se frotarán las manos,esperando como lobos a que la cobrarse la pieza agotada, agotada de intentar como buen pastor guardar esta camada de borregos en la que nos está convirtiendo el partido. Hablas de "barones", dráculas de la ploítica, eso ya es afua pasada. RENOVARSE O REFORMARSE, PERO MORIR NUNCA. "adelante compañero", estamos contigo y vaya siempre la verdad del pensamiento por delante.
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