lunes, 11 de marzo de 2013

¿Haciéndonos el harakiri?


Muchos y muchas socialistas, cada mañana nos desayunamos con noticias que nos hacen  preguntamos ¿hay que reencarnarse en japoneses y hacerse el corte en el vientre? O dicho menos sangrientamente ¿hasta cuando tenemos que caer para que alguien decida que ha llegado el momento de levantarse?
Llevamos más de un año gobernados por un conjunto de impresentables que han pisoteado todo lo pisoteable, que han fascisteado en todo lo fascisteable, y que han engañando en todo lo engañable. El desanimo y el descontento con el PP está en todos los rincones de este país, y nosotros no solo no nos hemos recuperado del batacazo electoral del 20-N, sino que hemos sido incapaces de aprovechar ese desgaste para recuperar algo de intención de voto.
Aunque se me tache de derrotista, afirmo que la culpa no es del electorado, sino solo y exclusivamente  nuestra. Cuando la calle está exigiendo cambios políticos, nosotros nos mostramos incapaces de ofrecerlos. Cuando los compañeros catalanes reclaman su derecho a decidir, unos y otros nos olvidamos de que somos primero socialistas y en lugar de tender puentes se cargan los cañones. Cuando en Galicia se propone consultar a la militancia, en lugar de aplicarlo en toda España, se hace de una propuesta de mayor democracia interna un problema de división interna. Y lo de rectificar en Ponferrada, no puede parecer simplemente una petición de disculpas, y en ningún caso un acto de autocritica. Sin autocritica en un partido de izquierdas hay que ponerse a temblar.

No sé si alguien ha diseñado la estrategia del suicidio colectivo, pero empieza a parecerlo. Cualquiera llegaría a la conclusión de que si los errores son de la dirección por no escuchar a las bases antes de la decisión, eso ocurre porque continuamos aplazando la democratización interna imprescindible, que nos puede llevar por la senda del contenedor de residuos, porque ahí llegaremos si nos convertimos en partido residual.
Los programas electorales son para ganar las elecciones, haciendo que los ciudadanos se sientan representados en las propuestas que contienen ¿a alguien se le ha ocurrido pensar que la solución puede ser cambiar ese programa neoliberal y hacer un proyecto de izquierda social? Los lideres y las direcciones  de los partidos políticos están para ganar elecciones, haciendo que los ciudadanos perciban credibilidad en ellos ¿a alguien se le ha ocurrido pensar que la solución puede ser cambiar esos líderes?  

Aunque a alguno lo le guste leerlo, y respeto que no lo comparta, estamos en un momento donde no valen medias tintas, y de una vez hay que decir a donde vamos, sin miedo, dando un golpe de autoridad en la mesa, que no de autoritarismo, y demostrando a los ciudadanos que realmente estamos cambiando. Esto no lo arregla una sesión de maquillaje.
Si nuestro electorado es de izquierdas pongamos nos a su lado, y si morimos políticamente en el intento, será al lado de los nuestros, que es la forma de caer con dignidad, y no haciéndole el trabajo sucio a una derecha sucia. Solo así podrá vislumbrase una alianza con otras fuerzas de la izquierda, porque solos no llegaremos lejos.

También podemos seguir mirándonos el ombligo en esa estrategia suicida, ya que cualquier mala situación es susceptible de empeorar, y si hay empeño, hasta podemos desaparecer.

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