Hay ocasiones en las que uno puede llegar a
avergonzarse de sus representantes, y eso lo consiguió ayer la señora Cospedal, al menos conmigo, y creo
que con otras y otros muchos castellano manchegos.
Esta señora que debe pensar, que el hecho de
ocupar un cargo público le otorga patente de corso para decir lo que en cada
ocasión le venga en gana, no se digna valorar si sus insidias gratuitas ofenden a sus
administrados, que no a sus gobernados, porque para eso hay que ser gobernante
y no un mero administrador como parece ser esta señora.
Los hechos son conocidos. Aprovechando la
inauguración del congreso de Nuevas Generaciones del PP, la señora se
permite acusar al PSOE y al resto de formaciones del espectro político de
generar frustración entre los jóvenes, e inculcarles violencia y agresividad,
impidiéndoles pensar, decidir y expresarse libremente. Sobre esta intervención me surgen algunos
comentarios.
Lo primero que puede decírsele a esta gran pensadora
manchega, recurriendo para ello a algo tan cervantino como el refranero, es que
“piensa el ladrón que todos son de su condición”. Por si no es consciente de ello, es
precisamente ella misma quien en ese acto adoctrina e impide pensar libremente
a su auditorio de jóvenes del PP, y a la vez incita al odio a los rivales políticos.
Lo segundo es, que al decir esto no solo miente, sino que sabe que miente, y eso se llama cinismo. Ella sabe que cuando se ejerce violencia oratoria, es cuando se acusa a los demás de violencia. En este tipo de intervenciones ella inculca a los cachorros del PP violencia y agresividad, mostrándose como realmente es, cínica y manipuladora. La única disculpa que tiene, es que se ve obligada a lanzar cortinas de humo sobre la pésima gestión que ha hecho para su partido en el caso Bárcenas, donde se le ha visto el plumero de su incapacidad.
Un tercer aspecto es que esta señora debería
saber que la mala leche y la frustración no son una exclusiva de la juventud,
sino de la mayoría de la población española
hoy día,
precisamente como consecuencia de las políticas que el partido de esta señora
en España, y ella en Castilla La Mancha, nos están generando.
Los seis millones de parados, el 50%
de paro juvenil, disminución de salarios y pensiones, los recortes en sanidad,
en educación, en servicios sociales, en I+D, en derechos laborales, una
justicia lenta, y mil cuestiones más, son consecuencia de esas políticas. A eso hay que añadirles
algo más sangrante, que es como la juventud ve que banqueros y políticos
como ella viven a lo grande y disfrutan de cigarrales, mientras su familia o
sus amigos pierden la casa ganada con el esfuerzo de toda una vida. Y para qué hablar de la
corrupción en la que se pudre el partido de esta señora. Si esto no es
una violencia política ejercida sobre la población en general, que venga su
dios y lo vea.
En cuarto lugar diré, que esto no nos afecta o lo
pensamos, solo quienes ni por asomo se nos paso por la cabeza la posibilidad de
votarla, sino que también hay frustración entre los votantes de PP que
ven que el programa presentado en las elecciones está en la papelera, y como han puesto a todo
el país al servicio de los grandes capitales y especuladores. Pero claro, esa
frustración, esta señora no puede verla.
Finalizaría diciéndole que ningún socialista
apoyamos la violencia, y que personalmente no comparto el escrache que se está realizando a
algunos diputados. Además sobre su acusación al PSOE le diría que ya nos
gustaría a los socialistas tener esa capacidad de influencia sobre la juventud
que usted nos achaca.
Ya sé que no le habrá sido fácil colocar a su marido en todos los sitios
donde puede ser bien retribuido, pero de ahí, a pretender que le demos un
pañuelo para que enjugue sus lágrimas, hay un trecho.
Como la señora es de Albacete. Seguro que entenderá
lo que voy a decirle: ¡Cospedal, veste al pijo!
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