viernes, 23 de abril de 2021

¿YA NO HAY CORONAVIRUS?


Pocos parecen recordar estos días, que seguimos en pandemia. Ahora son otras dos las enfermedades que nos preocupan, ayusitis y murcianitis. En dos días son autenticas pandemias, y no entiendo porque no nos confinan. También causan ultra fatiga pandemica. Ya no parece importante que Madrid sea la última Comunidad en comenzar a vacunar a sus grandes dependientes, ni que la incidencia Covid sea superior a otras CCAA ( 230 caso por 100.000 habitantes, frente a una media española de 130,5) o que otras Comunidades estén por debajo de los 50 casos cada 100.000. Lo que debe importarnos o no, es aquello que deciden unos pocos, y que forma parte de ese gran circo que propician unos medios obedientes a la voz de sus amos. Cansado resulta repetir, que salvo las honrosas excepciones que en todo las hay, los medios defienden sus propios intereses, pero nunca los de los ciudadanos, por mucho que nos repitan que si lo hacen para que lo creamos. Estamos en una partida de ajedrez, en la que los ciudadanos solo somos peones, a los que se nos sacrifica por un bien mayor, decidido a juicio de quien mueve las fichas en el tablero.
Es una opinión personal, pero para mí un tránsfuga debe ser considerado un verdadero delincuente. Su delito es la malversación de los votos obtenidos, ser un traficante de unos privilegios que quiere conservar por encima de todo, y convertirse en un especialista en obtener nuestros votos, solo para vivir a nuestra costa, no a nuestro servicio. Pero es una opinión, porque en nuestro marco jurídico no es así. El origen de que esto no esté penado, es uno de los atavismos heredados del anterior régimen. Si uno lo analiza, resulta que es incompatible que, por un lado, nuestra Constitución prohíba la disciplina de partido y respalde que un diputado es absolutamente independiente y nadie puede coaccionarlos en sus decisiones, y por otro a la vez, se perpetúen las listas de partidos y por tanto de control oligárquico de poder y la representación ciudadana. De esto se desprende que el transfuguismo no existe como delito, en un sistema de partidos, donde lo que menos se tiene en cuenta es el interés social. Eso debería hacer que la corrupción no nos extrañase, porque sin corrupción ese sistema no funciona. A final, acabaran consiguiendo que los ciudadanos piensen que a la política solo se dedican los cleptómanos.
El epicentro del tsunami ha sido Murcia, donde se ha gestado es una trama trampa, en la que han caído Cs y PSOE como auténticos pardillos. Porque no deberíamos de olvidar, que en aquellos territorios donde una misma formación política supera los diez años en el poder, se crea una red clientelar, que sin llegar a los métodos de la camorra italiana, si tiene estrategias propias de una mafia. Hay quien afirma que en Sicilia toman nota de cómo se hacen las cosas para que no te pillen, y siguen como alumnos aplicados el Master que en la Comunidad murciana, su capital y pedanías, se lleva tiempo impartiendo sobre clientelismo político, adjudicaciones de obra pública bajo sospecha, y corrupción no perseguida. Que la derecha no se me ofenda, porque son los mismos argumentos utilizados por ella y su circo mediático, cuando se hablaba del socialismo andaluz, extremeño o manchego. Y es que no es cuestión de ideologías, sino del tiempo que se perpetúan las formaciones políticas en el poder en un territorio o institución.
No nos engañemos con que esto solo afecta a las CCAA donde se han presentado las mociones, porque tras las elecciones en Catalunya, con el batacazo de Ciudadanos, el PP no cejará en su intento por devorar a los naranjitos, aunque para ello deba arrojarse en brazos de los de Abascal si quieren formar gobiernos. AL fin y al cabo todos vienen de la misma familia, la de José Mari. Porque en el caso de Madrid, alguien mueve los hilos desde atrás, o ¿alguien ve en Ayuso a una estratega capacitada para hacerlo?
No nos engañemos. Ayuso es solo la primera, que no la única, beneficiaria. Todo es humo, que sirve para no hablar de residencias de mayores, de cómo agoniza la sanidad o la enseñanza públicas madrileñas, ni de que esta maniobra retrasará las ayudas a los sectores más afectados por el Covid-19, los que con su política de no restricciones dice defender. Con estas algaradas de despacho, intentan que los madrileños, pronto se olviden de cómo se ha construido un hospital innecesario, o de que antes que las ayudas sociales están para ellos las ayudas a la tauromaquia, o que se contrata curas pero no a sanitarios ni a profesores, o de no tener aún presupuestos en la Comunidad, o de cómo se ha silenciado su implicación en el asunto Aval Madrid, y otras lindezas de sus dos años de mandato.
Ayuso es una mini Trump, que baila el chotis. El asesor de Ayuso, quiere que toda la política quede reducida a dos sensaciones: simpatías y antipatías. Socialismo o libertad. Yo o el caos. Pero de todo eso, gran culpa la tienen un gobierno central y un sistema judicial, que no han sabido (o no han querido) pararle los pies con anterioridad a este momento explosivo. Puestos a exponer dicotomías crudas, mejor sería decir la real: cambio o voxayuso.
Todo viene de atrás. Recordemos la apuesta de la banca, del gran capital, del IBEX 35: Rivera. El partido creado por este señor (veremos si ahora no resurge, todo es posible) se ha demostrado que para lo único que se creo, y para lo que ha servido ha sido para apuntalar al PP. Sin ellos hoy, el partido de Casado sería residual en las CCAA. Y que no se queje Aguado de que en el PP le han traicionado, que recuerde que los de Cs como él, vinieron a regeneran la política, pero él traicionó antes a todos los madrileños, cuando su consejero de bienestar social, dimitió por los protocolos de las residencias que decidían que los residentes con Covid no debían ir al hospital. Entonces a Aguado solo le importó mantener el culo en el sillón, y ahora patalea porque se lo han retirado al sentarse y ha dado con sus posaderas en el suelo. Dice el refrán que quien con niños se acuesta, mojado amanece.
Ayuso está dedicada en cuerpo y alma a tres cosas: demostrar su superioridad moral, desviar la atención sobre las consecuencias de sus políticas, y en que se la considere la lideresa del PP nacional. ¿Los madrileños? Solo son sus instrumentos. La manipulación, el engaño, y el analfabetismo político, le han facilitado que su aparato promocional y de imagen, geste un nacionalismo madrileño, populista, e incapaz de contrastar cualquier información que se le suministre. Hasta que decida que si hay elecciones, estas se convoquen un martes y no un domingo, ya es una manipulación inmoral. También lo es el coste de unas elecciones que han de repetirse en dos años, con una Comunidad y un país con su economía temblando.
Pero solo importa mostrar el antisanchismo o el antipodemismo, que es el discurso más populista imaginable para una Comunidad que ha decidido ser cola de león, en lugar de cabeza de ratón, mientras acusa al león de estar moribundo y trabajar para contribuir a su muerte. Cada vez hay más gente empeñada en otorgar carnets de una u otra capacidad, pero toda esta estrategia está basada en su convencimiento de algo cada vez, y más en pandemia, resulta más cierto: analizar es cansado. Hay mociones de censura y convocatoria electoral. Será la justicia la que decida que acontece. Pero si al final Madrid va a elecciones, el mejor regalo que se le puede hacer a Vox y al PP es ir toda la izquierda, incluido PSOE, junta. Vayamos unidos, pero no revueltos, porque eso daría sentido a su eslogan “o socialismo, o libertad” y de hacer un solo frente, la campaña electoral la tendría hecha la derecha.
Ayuso consigue movilizar a sus seguidores con sus hipérboles, están desatados (vean las redes). Y sus detractores le hacemos el juego. Ciudadanos agoniza y muchos de ellos ya están en el PP, pero otros saben que es meterse en un nido de corruptos, y pocos irán al PSOE y ninguno a UP o Más Madrid. Gabilondo es buen profesor pero no un acicate para ir a las urnas en esta situación, después de meses en silencio, cuando había motivos para levantar la voz, porque hoy la prudencia no se valora (y ese es su gran valor), sino que provoca desgana. Los partidos que no vean seguro el 5% en las urnas deberían esperar a mejor ocasión. Toca en la izquierda ser prácticos, solidarios y generosos, pero no idiotas. Toca movilizar y evitar el cansancio que tantos ciudadanos acumulan y a lo que estas maniobras orquestadas en la oscuridad contribuyen aún más.
Debería seguir importándonos más frenar la pandemia, que todos estos juegos de despacho, pensados para el beneficio de los jugadores y no de los ciudadanos. Pero vivimos en una sociedad con una absoluta falta de moralidad política. Siempre existirán políticos corruptos mientras existan ciudadanos corruptores. Ahora en Madrid, no vale aquello de “yo no lo sabía”. El fascismo avanza viento en popa a toda vela. Y eso solo puede frenarse con honestidad, con dignidad democrática O de una forma más sencilla, con dignidad humana.
La jugada al PP le está saliendo bien, no solo por la maniobra en Murcia, o por su sorprendente convocatoria electoral en Madrid. Sino porque de paso, el juicio a Bárcenas quede eclipsado con esta jugada, y poco parecen importar las colas del hambre en los barrios obreros de la capital, las pymes madrileñas muertas, los negocios familiares arruinados, las listas crecientes del desempleo, o unos niveles de pobreza impensables hace una década.
Espero que los madrileños reflexionen y salgan a votar. El resultado final de todo este embrollo, pasa por la responsabilidad de cada uno, si al final se vota.

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