viernes, 23 de abril de 2021

Dos notas

 Hoy aparece un artículo en Infolibre que da unos datos claros y contundentes. Madrid es la comunidad que menos invierte por alumno en la educación pública. Es la segunda que más inyecta a la educación concertada. 4.727 euros el gasto por alumno en centros públicos de la Comunidad de Madrid, mil euros por debajo de la media nacional. El último año del que se disponen todos los datos, 2019, la Comunidad de Madrid destinó a conciertos y subvenciones a centros privados 1.104 millones de euros, la segunda cifra solo por detrás de Cataluña. El aumento de esos conciertos desde 2009 fue de un 26,6%, en ese mismo periodo, el gasto educativo total solo creció en esa década el 1,3%. En materia de educación, Ayuso solo ha aprobado una nueva universidad privada.

El día 4 de mayo ojala que los madrileños mediten muy bien a quién votar, y no den un nuevo tropezón en la misma piedra. En cualquier caso son ellos los podrían estar arrojando piedras sobre su propio tejado. Hay más cosas a tener en cuenta para decidir el voto, como la sanidad y la educación públicas, antes que pensar si la cerveza la tomamos en el bar o en casa, que parece ser lo único que debe importar para decidir el voto según la actual presidenta en funciones. Por ejemplo, hoy la incidencia acumulada a 14 días es de 400,790 por 100.000, mientras en el conjunto de España baja a 229,65 pero eso parece que no se vota tampoco.

La derecha no gana en Madrid y en otras Comunidades, por ser la más votada, sino porque un votante de la derecha tiene que estar muy enfermo para no acudir a las urnas, y eso le garantiza siempre un suelo estable de electores. La izquierda pierde porque sus potenciales votantes no van a votar, convencidos de que nada pasa porque se queden en casa. Cuanto mayores son las clases populares en un determinado barrio, menor es la participación.
La razón de ese comportamiento hay que buscarla en esa falacia que ha calado en gran parte de la sociedad "todos los políticos son iguales". ¿Tan difícil es entender que esa es la estrategia de cabecera de quienes tienen muy claro a quién van a votar?
Ayer, quienes siguieron el debate de los candidatos a la Comunidad de Madrid, pudieron comprobar que no todos son iguales. Ayuso volvió autilizar las mismas mentiras y datos falsos que repite mitin tras mitin, sin dejar de exhibir el insulto y la mala educación. Sabe que eso gusta a la visceralidad de sus acérrimos. Monasterio siguió con su discurso antipolítico y su xenofobia. Son las Trump españolas, dispuestas a animar a sus seguidores hasta a asaltar la Puerta del Sol si pierden. Frente a ellas y junto a ellas, Bal el moderado y sensato, porque sabe que la derecha madrileña está tan en el extremo, que en ella no queda sitio para encontrar su escaño entre tanto radicalismo.
La izquierda se juega mucho, y mostró sensatez, porque a diferencia de otras campañas, los partidos progresistas se trataron entre ellos sin ofensas ni bravatas.
Podemos resumir el debate en que la izquierda maneja las cifras de la situación en que está Madrid, pero la derecha maneja el populismo, la frase hecha, y muchas mentiras y verdades a medias.
Deciden los madrileños que quieren para dos años, y al que no quiere ver es inútil regalarle gafas.

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