domingo, 20 de diciembre de 2020

Comentario del domingo 20 de diciembre

Buenos días, en este domingo gris aquí en tierras manchegas.
Son ya más de 72,5 millones de casos de COVID-19 y más de 1,6 millones de fallecidos. La esperanza está puesta en las vacunas, como si estas fueran la primera luz al final del túnel. Pero no nos engañemos, porque las vacunas no van a cambiar el panorama actual de forma rápida. Las vacunas nos ayudaran a frenar la rapidez de propagación del virus, pero para volver a la "normalidad" puede que debamos esperar hasta comienzos de 2022 siendo optimistas, según apuntan las publicaciones a las que tenemos acceso los sanitarios. Esa fecha de 2022 la fijan porque parece ser que hasta entonces no se alcanzará un número de vacunados que se considere suficientemente importante como para provocar el optimismo. Las medidas del distanciamiento social y uso de mascarillas han llegado para acompañarnos aún durante 2021 e incluso más. No es cuestión de que nos engañemos nosotros mismos, porque la salida del túnel no será ni fácil ni rápida.
Ahora conviene centrarnos en aquellas personas que tienen mas riesgo de que el Covid les conduzca a la muerte. Hoy sabemos, según se publica en los últimos estándares de la `ADA 2021 (American Diabetes Association), que el 40% de las muertes por COVID-19 ocurren en pacientes con diabetes, y por lo tanto su vacunación debe ser considerada prioritaria, al igual que para personas que tengan una obesidad extrema, como señalan también dos sociedades medicas españolas.
Pero mientras se inician las vacunaciones, seguimos viendo como en algunas ciudades siguen planteándo un testeo masivo de su población. Esto puede ser una estrategia eficaz para evitar el contagio y la propagación en esa ciudad, pero también puede quedar en un intento bien intencionado, pero fallido, como ya ha ocurrido en muchas ciudades donde esa estrategia ya se ha realizado. Puede que fuese más rentable, puesto que ya dispondremos de la vacuna en unos días, gastar todos los esfuerzos en preparar la mejor logística para la inminente campaña de vacunación. Puede que realizar un testeo masivo cause una buena imagen de sus promotores, pero lo importante no es la imagen de ellos, sino el control de la pandemia.
Cada día que pasa conocemos más cosas sobre esta enfermedad. Hoy leía una publicación donde se recogen más de 50 manifestaciones clínicas posenfermedad, y aún persisten muchas dudas sobre si otros síntomas son también secuelas del COVID. En ese articulo las agrupaban en diez familias de síntomas: generales, torácicos, neurológicos, locomotores, digestivos, otorrinolaringológicos, cutáneos, vasculares, oculares y genitourinarios. Esos datos son resultado de una encuesta a 600 pacientes en Francia. Tienen prevista una segunda fase de la encuesta para valorar la existencia de también de síntomas psicológicos o psiquiátricos. No obstante hay que pensar que estamos ante una enfermedad que solo conocemos desde hace un año, y lo que iremos viendo sobre sus secuelas con el paso del tiempo será cada día cambiante.
Por ahora la mejor forma de afrontar la pandemia se ha demostrado que es el confinamiento, pero eso nunca puede entenderse como la solución del problema. El encierro no puede ser la estrategia adecuada a largo plazo, sino que la mejor estrategia de lucha debe basarse en proteger principalmente a los grupos de población vulnerable, y sobretodo hacerlo mucho mejor que lo hicimos antes. Dentro de ese grupo a proteger prioritariamente, deben estar los residentes de centros socio sanitarios, los mayores en general, los diabéticos, obesos, pacientes con Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC) e inmunodeprimidos, entre otros.

Buen día. 

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