sábado, 12 de septiembre de 2020

CONFINADO UN SÁBADO TARDE


En la prensa extranjera, España preocupa por sus dificultades para controlar la pandemia. Pero algo es también resaltado por la mayoría de medios: la falta de unión entre nuestros políticos. El gobierno es legitimo, porque ha sido democraticamente elegido y conformado cumpliendo las leyes que todos nos hemos dado. La oposición debe asumir eso aunque no le guste. La falta de coordinación entre CCAA y gobierno. Todo ello es reflejo de que seguimos en la lucha de las dos Españas.

Una muestra de ese enfrentamiento es el que vemos entre Gobierno Central y el del Comunidad de Madrid. Una presidenta capaz de insultar y culpar al presidente del gobierno de las siete plagas de Egipto, y luego decir que no recibe colaboración. Posiblemente no habla por la voz de sus ciudadanos, sino en nombre de su amo.

El análisis de lo que acontece en Madrid, indica prisas por poner en marcha los negocios, y si las cosas iban mal, culpar de ello al gobierno central. Poco ha importado si eso causaba aumento de la mortalidad o de los contagios. Promesas de rastreadores y personal sanitario incumplidas. Tampoco se ha contratado profesorado para los colegios aunque se anunció a bombo y platillo. Nada es tan propicio para el virus como un transporte publico hacinado en los andenes del metro, sin reforzar los autobuses al aire libre, eso significa la necesidad de usar el coche y el aumento de los niveles de contaminación.

Si en la coctelera introducimos: residencias de mayores, colegios, centros de salud desbordados, hospitales con elevada presión, transporte publico, terrazas sin distancia, ocio nocturno, tabaco, alcohol, no todos con mascarilla, y unas gotas de los que niegan el virus, tenemos como resultado un cóctel mortífero, al que solo le falta que la policía no sea inflexible.

Todo lo expuesto ¿es algo generalizado en toda Europa o en otros continentes? ¿Juzgamos más severamente a la Comunidad de Madrid que a las demás?. La respuesta a ambas preguntas es NO. Hoy he leído en eldiario.es una entrevista a Miguel Hernán, profesor de Harvard especializado en bioestadística y epidemiología, detalla por qué la capital española no ha conseguido evitar que los contagios vuelvan a dispararse como sí ha ocurrido en Nueva York. Madrid lidera, el ranking de provincias españolas, registra 529 positivos cada 100.000 habitantes entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre. La presidenta de la Comunidad de Madrid, afirma que la situación epidemiológica es igual a la región se asemeja a la de "cualquier capital europea". Eso es falso porque ni París, ni Roma ni Berlin se acercan a esas cifras.

Hace una comparación con Nueva York, donde al principio la pandemia avanzó de forma similar, pero donde ahora la situación es bastante diferente. Ambas ciudades recurrieron a un confinamiento estricto que dio lugar a un mínimo de casos de junio. Sin embargo, en la actualidad Madrid registra una de las incidencias más altas de Europa y la curva de Nueva York, en cambio, se ha mantenido plana. Las diferencias las encuentra en tres respuestas diferentes: en el rastreo de contactos, en el número de test y en la velocidad de reapertura.

Rastreadores.- Nueva York contó con un mínimo de 30 profesionales por cada 100.000 habitantes, Madrid, aunque ahora ha contratado 566 , solo tenía 200 rastreadores en julio a pesar de que en mayo prometieron contratar 400 más. Para igualar a Nueva York debería tener 2.000 contratados.

Los test.- Nueva York se ha marcado como objetivo alcanzar una tasa de positividad de COVID-19 inferior al 5% y ahora se sitúa entre el 1 y el 2%. La positividad en Madrid es de 20% y está aumentando desde julio. La razón: no se realizan suficientes pruebas.

La velocidad de reapertura.- Hernán pone como ejemplo a la hostelería. En Nueva York no está permitido comer en el interior de restaurantes, lo que solo ser´´a posible a partir del 30 de septiembre, y el aforo lo tienen limitado al 25%. En Madrid se puede comer en el interior de los restaurantes, los bares pueden llenar hasta un 60% del aforo permitido desde junio, incluidas las barras. En Nueva York permanecen cerradas discotecas y espacios de ocio nocturno, que en Madrid han estado abiertos un mes.

Según Hernán, la diferencias entre Madrid y Nueva York no se explican por una desigualdad en la inmunidad colectiva de ambas. Tampoco se debe a "la mala suerte". Blanco y en botella.

Bien harían muchas alcaldías en copiar lo que funciona en otros sitios. Hoy casi todo está inventado, lo que hay que hacer es copiar bien.  

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