Dedicado a los que piensan que el coronavirus es cosa de otros.
Se considera brote, cuando existen tres o más casos, salvo en el caso de las residencias de mayores donde basta con un único caso.
No hay que irse muy lejos de donde escribo este post, para encontrarlos. Con solo recorrer 35 kilómetros, estarás junto a un brote de coronavirus. Y no es ese solo, unos kilómetros más allá puedes comprobar que existe otro.
La Dirección General de Salud Pública de Castilla-La Mancha, ha informado de un brote por coronavirus en un edificio de la calle Baños en Albacete. Empezó siendo un brote en una familia de cinco personas, que estaban en aislamiento domiciliario. Pero ayer se confirmaron otros dos casos en el mismo edificio, pero estos ya están hospitalizados. El resultado, edificio confinado, vigilancia y control de todo el edificio, porque todos los que en el viven son contactos según se define ese término. El segundo brote se encuentra en Tarazona de la Mancha, y se conoce desde hace una semana. Empezaron siendo dos casos y ahora ya son cinco.
En ambos casos, están controlados, y se debe felicitar a los servicios sanitarios que los han detecta rápidamente, y al rastreo realizado que ha impedido su propagación.
Parece que el problema no va con algunos. Basta un paseo por algunas zonas, para comprobar incumplimientos reiterados de las recomendaciones de distancia y mascarilla. Ni mucho menos es una actitud mayoritaria entre los ciudadanos, pero basta un imprudente para que muchos paguen su imprudencia. La población está informada, pero no puede haber un policía junto a cada individuo.
Muchas quejas por haber tenido que estar confinados, pero parece que hay a quien no le preocupa volver a estarlo. Si se produce un nuevo brote masivo, nuestro sistema sanitario temblará, nuestra economía tendrá más dificultad aún para levantarse, la falta de empleo y la pobreza que incluso dificulte la alimentación pueden llegar con facilidad. Hay quien no se cuestiona esto, y actúa como si nada ocurriese a su alrededor. Celebrar fiestas familiares, o encuentros multitudinarios de amigos son riesgos innecesarios, y mayores aun, si además no se respetan ni las medidas de protección ni la distancia.
Cada vez entiendo menos, que las fuerzas de seguridad titubeen y duden en cortar de raíz esas actitudes, con lo bien que nos educa a los españoles que nos toquen el bolsillo. Para que alguno se lo haga mirar.
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