16 de diciembre de 2017, y amanece, que para quienes
esperamos desde hace años, ya es bastante. Mañana los socialistas de Albacete
decidimos quien estará al frente del PSOE los próximos cuatro años como
Secretario general provincial. Muchos de nosotros esperamos que sea el final de
un largo camino. Desde hace ya veinte años, algunos intentamos dar un nuevo
rumbo al PSOE de esta provincia y no lo logramos. La ultima con el proyecto
Siglo XXI en el último Congreso Provincial. Demasiado tiempo quizás, porque algunos
no esperaron y abandonaron el barco al no ver llegar esos cambios tan
necesarios, como el tiempo ha demostrado.
Voy a apoyar a un candidato comprometido en que su
designación significará el cambio en el
modelo socialista albacetense. Seguro que tendrá muchos apoyos de los que están
cansados de la continuidad representada por la otra opción. Yo, como otros,
también mantengo dudas en si logrará cumplir ese compromiso de cambio,
algo lógico al tratarse de quien, en
estos últimos cuatro años, no lo hizo desde la Secretaria de Organización que
ha ejercido. Pero me pesa más el convencimiento de que la otra opción no lo va
a hacer. Cabañero se declara hoy un defensor del proyecto contra el que estuvo
en el pasado Congreso provincial, que era el que necesitaba y sigue necesitando
el PSOE albacetense. Bienvenido, y tiene la oportunidad de demostrar su
compromiso de cambio, que solo será posible si se rodea de los y las más
capaces, con más experiencia, y siendo sobre todo valiente en sus
decisiones.
Siempre he pensado, que cambiar el PSOE en Albacete
implicaba que todos sus militantes, afrontemos una profunda reflexión interna,
para analizar los errores del pasado y aprender de ellos; ver cuál es el
presente del partido; y decidir qué dirección debemos adoptar en el futuro como
organización, para ser capaces de dar respuesta a una sociedad necesitada de
soluciones efectivas ante sus problemas. Los ciudadanos nos han pedido que
cambiemos, reclaman nuestra cercanía, necesitan nuestro apoyo y es a ellos a
quien nos debemos.
Ese cambio debe significar la participación de
quienes somos las bases del partido, desde la libertad. Toca sacudir las
conciencias, dejar atrás métodos en que lo premiado era la obediencia ciega al
dirigente, toca mirar hacia el partido
en la provincia, buscar fórmulas que nos conecten con la ciudadanía, impulsar
un cambio en profundidad que haga que los ciudadanos se sientan parte
fundamental de la política. A esta tarea deben estar invitados todos los
militantes y simpatizantes, porque sin ellos esa nueva forma de entender el
socialismo no tendría sentido. Los rivales de esta nueva forma de entender el
PSOE no están en casa, sino en una derecha neoliberal, apoyada en las urnas no
por sus méritos o proyectos, sino por nuestra falta de sintonía con una
sociedad cambiante. Hemos de convencernos que esa derecha no ostenta un poder
absoluto como parece interpretar por su comportamiento.
Significa que a nivel orgánico, ha llegado el
momento de trabajar por una democracia interna efectiva, en la que cada
militante con su participación construya los objetivos de un partido moderno.
También es momento de sentirnos
orgullosos de nuestro partido, pero sin excluir la autocrítica. El PSOE hemos
protagonizado todas las reformas estructurales de mayor calado para la
convivencia española, de manera significativa la implantación del Estado de
Bienestar. Nunca se hizo tanto por modernizar nuestro país y nuestra provincia
en tan poco tiempo, pero de ciegos sería no darse cuenta que hemos sufrido una erosión
peligrosa e innecesaria, que ahora nos obliga a recuperar la credibilidad y la
confianza pérdidas desde el electorado de izquierdas.
No es un ejercicio de autoflagelación afirmar que
como partido se nos ha percibido como menos capaces para gestionar la economía
y crear empleo que a la derecha. Por nuestra falta de decisión o por decisiones
erróneas, hemos permitido que se diluya el “proyecto socialista”. El cambio
necesario es para no alejarnos de la ciudadanía, para centrarnos más en los
problemas de la vida real de las personas que en las disputas internas. Tenemos
que atender a quienes nos quieren ver más cercanos, tanto para censurarnos como
para animarnos. Hemos de dar un giro hacia la sociedad encontrando el
equilibrio entre el partido y la sociedad a través de sus militantes.
Mañana no es una fecha más. Estamos en un tiempo de
inflexión que decidirá el futuro social de nuestra provincia. Es prioritario
promover la calidad democrática, la ética y la dignidad, principios que deben
presidir cualquier actuación de los socialistas. Regenerar la democracia
significa abrir cauces reales de participación ciudadana en las instituciones,
aprovechando la nueva realidad tecnológica. La rendición periódica de cuentas a
la ciudadanía y a los militantes, son medidas de regeneración democrática para
devolver con nuestra práctica la dignidad a la vida política. Cambiar para
mejorar, abiertos al análisis, a la reflexión y al debate, al respeto a la
discrepancia. Para hacerlo posible, el partido incorporó la filosofía de un
militante un voto para todos sus procesos internos de elección de los órganos
de dirección, y mañana podemos hacerla real no solo teórica.
El Partido tiene que ser un punto de encuentro para
la convivencia democrática más que una mera maquinaria electoral. Los
ciudadanos rechazan más la apariencia de democracia que su falta, por eso es
hora de recuperar la fluidez en el contacto del partido con la sociedad, la
implicación con el mundo de la cultura y con los ciudadanos activos en los
movimientos sociales. Hemos de atraer a personas cualificadas a las formaciones
políticas, a los sectores más jóvenes, innovadores y críticos de la sociedad.
Estamos ante la oportunidad de alcanzar la unidad desde la cohesión, porque
unidad no significa uniformidad. Seguir siendo un partido con vocación de
gobierno y vocación de mayorías, hace esos cambios imprescindibles.
Es el momento de rechazar desde Albacete la
reducción del gasto social y de inversiones; de reclamar que desde las Cortes
Generales se dé la importancia que tiene el desarrollo del medio rural, que
sigue siendo un gran olvidado; de reducir las desigualdades crecientes en la
actualidad; de asumir que ya no basta solo con defender el Estado de Bienestar;
de asumir que existe una brecha de la política con los jóvenes. Toca buscar soluciones
más rotundas: luchar contra las desigualdades de clase, de género y las que se
producen entre generaciones. Lograrlo pasa por revertir los efectos negativos
de los recortes sociales propiciados por los actuales gobernantes del Estado.
El PSOE debe demostrar, que como partido político no
es rehén de los poderes fácticos (económicos, medios de comunicación), que
exigen a cambio favores en forma de políticas públicas que les beneficien por
acción u omisión. El PSOE debe corregir un rumbo, que se había vuelto errático,
poner “la casa en orden”, consolidando sus principios y fortaleciendo el
significado de su acrónimo, socialista y obrero. Es el momento de los
militantes, tenemos derecho a intervenir en ese proyecto, y estamos en un
momento que no podemos desaprovechar. Las mujeres y los hombres socialistas
debemos aportar nuestro impulso a ese cambio necesario, y debemos hacer que
todas estas ideas se vean plasmadas en la realidad en el próximo Congreso Provincial.
En nuestro partido no sobramos nadie. Ni más
jóvenes, ni menos jóvenes, ni con más experiencia o con menos, todos somos
necesarios. Pero no todos pensamos igual, y esa diversidad debe verse como algo
positivo, no como un lastre. Necesitamos un partido que convenza y esa es una
tarea de todos. Los tiempos son duros, es cierto, pero sabremos trabajar para
salir adelante, y las primarias para decidir la nueva SG deben significar un
nuevo comienzo para los socialistas de Albacete. Las primarias de mañana deben
servir para trasladar la ilusión y también la responsabilidad que debe
comprometer al conjunto del partido para el desarrollo de todo aquello que
sirva a la sociedad, que haga del ciudadano común, de sus intereses, la única
razón de nuestra acción política.
El día 18 en Albacete, debe ser el comienzo de la
recuperación de la confianza en que se inicia un nuevo tiempo, que es
continuación del camino emprendido hace apenas unos meses con el 39 Congreso
Federal, camino que debe conducirnos a la
construcción de una nueva mayoría que ponga fin a estos años de cicatería y
mediocridad con la derecha en el Gobierno. Ese debe ser el mensaje, sin prisas,
con un trabajo intenso todos los días, demostrando la capacidad y la
dedicación, que hagan al PSOE de Albacete ganar cada día crédito y confianza entre
los ciudadanos.
Ese es el camino a emprender para construir la nueva mayoría de progreso
que lleve nuevamente al Partido Socialista a gobernar España. Y lo vamos a
hacer realidad entre todos, uniendo nuestro esfuerzo colectivo. La ciudadanía
está deseando que comience la cuenta atrás del tiempo de la derecha en el
Gobierno; los ciudadanos y ciudadanas quieren recibir señales claras de que el
ciclo de la derecha se agota y, lo que es más importante, que existe una
oposición sólida, solvente, dispuesta y con capacidad para asumir su
responsabilidad y tras estos años de retroceso, retomar la senda del progreso,
la solidaridad y la modernización de este país.
Urgen cambios de conductas y asunción de
responsabilidades políticas, que quien ocupe la secretaria general de nuestra
provincia debe impulsar. No se puede perder esta oportunidad. No debe
interpretarse esta reflexión, como un cheque en blanco al nuevo secretario
general. Los socialistas queremos construir y no destruir. Si el proyecto que
mañana se elija no va en esta línea, muchos no guardaremos silencio, e incluso
comprenderíamos a quienes ya abandonaron el barco.
Militemos en el optimismo, en el “si se quiere, se
puede”.
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