Siempre esperamos que las
cosas cambien a mejor, pero las cosas no cambian solas. Terminaron las
primarias, y es momento de que empecemos por dar la cara. El momento de decir
lo que tengamos que decir, para disipar cualquier duda entre quienes piensen
que en este momento político, los socialistas nos escondemos. Nadie puede
vernos frívolos, ni irresponsables, ni displicentes. Tenemos un compromiso
político, que no vamos a ocultar, y no nos podemos permitir, que sigan
trascurriendo los días, despilfarrando el tiempo que los militantes nos han
otorgado.
Cualquiera es buen momento,
para dar cuenta a la sociedad albacetense de una nueva manera de entender y de
practicar el socialismo. Pasaron las primarias y antes del Congreso provincial,
a los socialistas de Albacete nos toca elaborara la ponencia marco de ese
congreso: el proyecto político que sirva para marcar nuestra línea de actuación
en las administraciones donde ejercemos el gobierno, nuestras propuestas donde
somos oposición, y algo muy importante: el modelo de partido para nuestra
organización en al ámbito provincial. No se ha acabado el trabajo, empieza
ahora.
La práctica socialista
debe coincidir con las resoluciones del 39 Congreso, que deben ser adaptadas a
nuestra realidad provincial, y demostrarle a la sociedad albacetense que es coincidente
nuestro mensaje con lo que hacemos. Comenzar por trasladar a todos y cada uno
de los y las militantes un mensaje de que se inicia un nuevo camino, dar esa
información debe ser un instrumento para iniciar el debate en las Agrupaciones
sobre su situación actual y sus perspectivas de futuro. Aprovechar el impulso
de las primarias para movilizar y motivar a militantes y simpatizantes en
nuestros pueblos y ciudades, y esa estrategia debe definirse en el congreso
provincial y establecerse por la nueva Ejecutiva Provincial de Albacete.
El objetivo fundamental
debe ser recuperar la confianza perdida en las últimas contiendas electorales pensando
en los procesos que se avecinan, y en eso la re activación y la movilización de
las Agrupaciones locales, es una prioridad. Sus elementos generales deben
plasmarse en una estrategia de actuación, que contemple el acercamiento de la
Ejecutiva a los diferentes movimientos internos existentes, buscando consensos
que permitan integrar y unir, que no unificar, las actuaciones en los
diferentes ámbitos de responsabilidad. Para ello se debe contar no solo con los
cargos públicos del partido, sino con los militantes.
No basta con anunciar los
cambios, sino la disposición a asumirlos y aplicarlos. No es cuestión solo de
aparentar como la mujer del Cesar, sino de ser valientes en la defensa de las
ideas, de abajo hacia arriba y recuperar el modelo de partido socialista y
obrero que nunca debió dejar de ser. Hay que conseguir que los
ciudadanos vean en el socialismo como una necesidad para ellos, como la única posibilidad
real de recuperar los derechos sociales y económicos perdidos con el modelo que, con la justificación de hacer frente a la crisis económica, ha aplicado el anterior
gobierno regional y el actual gobierno del Estado, ambos del PP.
El PSOE debe colocarse
junto a los ciudadanos para hacer frente a las muchas necesidades de la
sociedad de la provincia de Albacete. La meta debe ser recuperar la confianza y
la credibilidad desde la cercanía, recuperar el papel de ser la izquierda
preocupada por el futuro de progreso y bienestar, que antes impulsó los avances
sociales en nuestra provincia. Es mucho el trabajo que
tenemos por delante los y las socialistas, porque el reto de trasmitir
argumentos, credibilidad y confianza ante la sociedad albacetense so es fácil
en estos momentos. Nuestras propuestas han de ser serias, rigurosas, solventes
y leales con nuestra ideología, solo así se consolidaran las alcaldías
socialistas y se recuperaran en los municipios donde hoy somos oposición.
Lo más importante de
nuestro partido son sus militantes, hombres y mujeres que son la base de la
organización. Sin embargo, muchos de ellos, en los últimos tiempos, han visto a
la dirección del partido entre el desinterés y la lejanía, con mucha mayor
capacidad de influencia que ellos, lo que les ha hecho sentirse en un segundo
plano dentro de la organización, pero eso ha cambiado en el 39 Congreso y debe cambiar
en Albacete. El protagonismo en el análisis, debate y discusión de las
cuestiones que afectan a la sociedad y a nuestra organización, corresponde a
los militantes, tanto en lo ideológico, como en lo social, como en lo político.
Las decisiones de mesa camilla deben ser ya cosa del pasado.
La defensa de la
democracia interna, del pluralismo, de la libertad y la tolerancia en el debate
de ideas es tarea de los y las militantes. Esos valores deben de ser la guía
para nuestra conducta y modos de funcionamiento. Ser militante es mucho más que
pagar una cuota. Es aceptar un compromiso con los ciudadanos, para transformar
una realidad que no nos gusta, donde prima el individualismo y el egoísmo.
Frente a esto, hemos de poner en valor el colectivo, el conjunto y la
solidaridad desde la cohesión. Las actitudes personales deben convertirse es una
referencia, no solo política sino ética.
El Congreso provincial de
enero, es un instrumento para regenerar el partido, que no solo debe suponer la
incorporación de jóvenes a puestos de decisión, sino que debe servir también
para recuperar a militantes y simpatizantes que se han alejado o han sido
olvidados desde las anteriores direcciones. La cercanía se logra con la
proximidad a los problemas que afectan a los ciudadanos y para ello se deben
mantener contactos frecuentes y personales con los militantes y los votantes.
La tarea que hay por
delante debe ser conjunta, entre los cargos públicos e institucionales y los militantes
de base, para lo que necesitamos que la organización
que se adopte desde la nueva Ejecutiva Provincial política lo permita. Es el
momento de trabajar, para volver a ilusionar. Y no tiene espera, debió iniciarse hace cuatro años, y no es necesario esperar a la celebración del congreso provincial, para ir haciendo camino.
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