jueves, 10 de marzo de 2016

PARA CUANDO DEJAN LA AUTOCRITICA

Poca capacidad de autocrítica se tiene, cuando ante un problema propio, argumentamos que la culpa siempre es de otro. Que desde Podemos se vea la mano del PSOE en los problemas internos surgidos con su dirección en Madrid es una muestra de ello, no de clarividencia, pero sí de ausencia de una autocrítica que siempre resulta saludable para cualquier formación política. Que alguien se aparte de la dirección por no estar de acuerdo con la política que se sigue desde ella, es algo propio de cualquier partido en democracia y para que eso se produzca no es necesaria una intervención externa.

Alguien debería reunirse con Iglesias, para hacerle reflexionar sobre si no es posible que él se esté equivocando, al querer llegar demasiado deprisa a alcanzar su objetivo. No quiso ir en coalición con IU con lo que perdió escaños, luego no ha apoyado la investidura de Sánchez, recién llegado ya pretende ser gobierno, etc. Si se analiza la secuencia de todo lo acontecido, posiblemente a Iglesias le hubiera reportado mayor rédito político un pacto de investidura y hacer política desde la oposición, lo que le hubiese permitido vigilar el cumplimiento de los elementos progresistas del acuerdo PSOE-Ciudadanos.
Una vez más, la sensación es que Podemos no admite las críticas, y lanza campañas en contra de todo el que ponga en evidencia que es un partido, con los problemas propios de los partidos. Si alguien hace una campaña contra ellos, deben solo recordar las suyas contra otros, que se pueden ver en las redes y que sirven para conocer su comportamiento en determinadas cuestiones. Todas las formaciones nuevas, se transforman en auténticos partidos, y así ocupan su espacio político. Existir convencido de que no se es partido, sino que se sigue como movimiento social, huele a sueño de una noche de verano, por no llamarle populismo.

Mejor harían en Podemos dándose cuenta que ellos tienen sus propios problemas internos, los de cualquier partido nuevo. Les bastaría con mirar a los partidos tradicionales para darse cuenta que es un mal, o un bien según se mire, y que en el caso del PSOE el propio Iglesias los ha utilizado para presionar a Sánchez, cuando aprovecho para ello las desavenencias surgidas en su Comité Federal posterior al 20 D. Y que decir en el PP y su Mariano si, Mariano no, o de lo acontecido internamente en IU. No es cuestión de culpar siempre a otro o a los medios de comunicación, y menos hacerlo de los problemas internos, propios de todas las formaciones políticas, y sabiendo que en todas cuecen habas.

Estos días, nadie salvo Podemos, ha visto posible una gran coalición con el PSOE en ella. Sanchez lo ha negado por tierra mar y aire, pero desde Podemos se continua insistiendo en que tras el acuerdo PSOE-Cs está el PP. Si eso fuese cierto, solo Podemos tiene en su mano acabar con tal posibilidad, porque le basta con abstenerse antes de que lo haga el PP, y así propiciar el fracaso definitivo de la intentona que denuncia que existe desde derecha.

Se mire como se mire, si 90 escaños no le han permitido a Sánchez hacer lo que desearía, 69 escaños tampoco van a permitir a Iglesias hacer nada solo. Cuanto antes se den ambos cuenta de la realidad en la que se mueven, mejor podrán adaptarse a ella. Para conseguirlo, nada mejor que la autocrítica. En política, una practica muy recomendable.

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