martes, 6 de octubre de 2015

PRESUPUESTOS ELECTORALISTAS PARA 2016

¡Mariano que bien que vamos! Solo repetirse cien veces delante del espejo cada mañana esta frase, puede ser la causa de que el presidente y sus ministros económicos quieran ver la cruda realidad. Unos presupuestos electoralistas aprobados de prisa y sin ningún otro apoyo parlamentario diferente al del PP, tratan de pintarnos una España irreal que Bruselas no se cree, pero que ordena que sea el próximo gobierno quien los corrija, dejando las manos libres al actual para utilizar la cuenta de la vieja hasta el 20 D, porque los PGE de este año, habrá que cambiarlos sí o sí.

Resultan unos presupuestos imposibles de cumplir según Bruselas, por mucho que De Guindos los defienda. Aunque no es santo de mi devoción, Moscovici, el Comisario de Asuntos Monetarios de la CE algo debe de saber de este asunto. Ve riesgo de incumplimiento por España del Pacto de Estabilidad no solo en este 2015 sino también en 2016 si se aprueban definitivamente los presupuestos presentados hace unos días. Este año con una desviación del 0.3% según Bruselas y del 0.7 % para 2016, aunque estas cifras se elevan por diferentes expertos por encima del 1%.
   
Rajoy, ese que llamaba a Zapatero optimista, le supera con creces en verlo todo de color de rosa. Sigue haciendo de filósofo económico con frases como "La economía crece ahora porque produce y exporta, no porque se endeuda para comprar lo que producen otros". Hoy le escuchábamos afirmar que “la disciplina presupuestaria, la vocación reformista, la seguridad y la previsibilidad conforman el ADN del PP” que tiene delito decir esto el mismo día que le reprochan unos presupuestos hechos solo con fines electorales sin tener en cuenta lo ordenado por la CE.

Todo lo que se está comentando sobre este asunto debe hacernos pensar, que después del 20-D van a seguir con la imposición de nuevos sacrificios y recortes para alcanzar su muy ansiada austeridad. Aunque como siempre habrá quien vuelva a creer a Rajoy, podríamos encontrarnos que si tuviese que ser quien forme de nuevo gobierno (dios no puede ser tan cruel con los españoles) igual es él quien tenga que reformar sus propios presupuestos. Naturalmente, conseguida la finalidad electoral, se la traería al pairo tener que hacerlo.

La realidad para los españoles y españolas es que la deuda de nuestro país es mayor que cuando Rajoy llegó al gobierno, y esta laxitud presupuestaria de los últimos meses solo puede estar justificada en que el gobierno persigue fines electorales, pero todo apunta a que en enero volverá de nuevo la hora de la austeridad. El gobierno lleva cuatro años engañando a la CE en los datos que le envían, tanto con el déficit como con la deuda, con las cifras de creación de empleo, etc. La realidad es que incumplimos, nuestra deuda es mayor, cada vez cierran más negocios, el consumo solo repunta de manera estacional, y la desigualdad es cada día más acentuada.


Se avecinan nuevos recortes, porque con sus políticas de austeridad nos venden el enriquecimiento del país, olvidándose del empobrecimiento de los ciudadanos, que no debemos ser considerados parte de ese país.

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