“Luis,
se fuerte”, aunque estés en la cárcel. “Luis, se fuerte”, aunque no presidas el
Eurogrupo. Todos los que le rodean deben ser fuertes, y más si se llaman
“Luis”. Es lo que recomienda don Mariano cuando sus amigos se estrellan. Sin
presidir el Eurogrupo, pese a los besamanos a Merkel, y a predicar a los cuatro
vientos que España ha hecho todos sus deberes y que somos los campeones del
crecimiento económico. La figura de Rajoy hace tiempo que se tambalea por falta
de credibilidad ante los españoles, y cada vez le queda menos si alguna vez
tuvo alguna. Pero para él eso no es un problema, y como en todos sus
fracasos, los justifica culpando de ellos al PSOE y, como no, a Podemos.
El
partido del gobierno (ese capaz de cambiando de logo volverse centrista en solo
un fin de semana) lleva un mes de julio con los voceros oficiales muy afectados
por los calores. Eso explica que el ínclito Rafael Hernando se atreva a
corregir al premio Nobel Paul Krugman; que González Pons le pregunte a Tsipras
¿dónde está el dinero del rescate? (mientras él dice no saber dónde está el
dinero que les hemos dado a los bancos); que el nuevo portavoz, Pablo Casado
mienta afirmando que en Grecia se había producido una ola de atracos y
violencia, sabiendo que mentía; o que el mismísimo Rajoy (el creador de
empleos) afirme que “un gobernante no puede ofrecer cosas que van a quedar en
nada” olvidando lo que él ofreció y lo que luego ha hecho. Será “la calor”.
Lo
cierto es, que tras los resultados del PP el 24 M, todo les vale para buscar
rédito electoral. De ahí mensajes absurdos como que no solo ha sido derrotado
Syriza, sino que con Syriza ha perdido Podemos, el PSOE, Ciudadanos, y todos
menos ellos. A este modernizado PP, ya no le basta con que aceptemos pulpo como
animal de compañía, o con que copiemos cien veces como penitencia “Han ganado
Europa, la Troyka y los poderes no elegibles de Europa, y han perdido los
rojos”. En Génova 13 tienen orden de mostrarse como un partido insaciable al
que no le basta con humillar y ofender a un país soberano y a su gente, si
luego el mundo entero no se entera de que lo acontecido con Grecia no ha sido
una humillación, sino una negociación “como Dios manda”, a lo Rajoy, una
metodología que consiste en lograr que el rico quede contento y el pobre
hambriento.
No
les importa nada, que Grecia, España y la mayoría de los países de la UE,
hayamos sido colonizados por Alemania, ni les preocupa que el futuro de los
europeos (y por tanto de los españoles) este en manos de un engendro no
democrático llamado Eurogrupo, no regulado en ningún tratado y sin obligación
de responder ante nadie, ni siquiera ante los ciudadanos. Son innegables los
errores estratégicos cometidos por Syriza en la negociación, pero que los pague
Syriza y no todo el pueblo griego, al que han dejado sin soberanía, y lo que es
peor, sin esperanzas de un futuro. Al contrario, en el PP aplauden que el
Eurogrupo haya sido vengativo y cruel con los griegos, para así demostrarle a
todos los europeos que no votar a la derecha es equivocarse, y que si en un
país osa hacerlo, ellos se encargaran de que rueden cabezas.
Paralelamente
el PP pone todo su empeño en dejar claro que los españoles nunca podemos ser
como los griegos gracias a Rajoy. Por eso desde principios de julio nos están
diciendo que “cada español tiene una deuda individual con Mariano Rajoy por
haber evitado una situación como la de Grecia” y hasta se atreven a subrayar el
hecho de que un griego solo puede sacar del banco 60 euros al día, mientras que
aquí eso no nos ha pasado. Se olvidaban de la cantidad de españoles que no
pueden sacar 60 euros tan siquiera a la semana.
Este
gobierno español anda más preocupado por endurecer el rescate de Grecia, que
por compensar lo que nos ha costado a los españoles rescatar a nuestra banca,
sometiéndonos para ello a infames recortes no imaginables hace unos años. Y
para culminar su demostración de cinismo nos lanzan el mensaje de que tenemos
que estarles agradecidos. Para el PP de Rajoy, lo que importa no es lo que
digan en las urnas sean españolas o de otros europeos, sino obedecer las
órdenes de Merkel. Seguro que en sus conversaciones de “ama y sumiso”, Rajoy le
transmitirá que los españoles apoyamos a Alemania sin fisuras en su lucha
contra el rojerío heleno, y que puede estar tranquila que él ya se ocupa de
darle su merecido al hispano.
Pero
Rajoy intenta aparentar ante los españoles que a él en Europa le escuchan, pero
le traiciona su egolatría. No quiere asumir que en Europa le tratan como
a un mindundi, por eso nos multan por la deuda de la Comunidad Valenciana, o
hemos sido el hazmerreír por el batacazo de De Guindos, o le servimos de
bufones al enviar un comisario cuyo mérito es comerse los yogures caducados.
Por si no se ha enterado, ha sido Merkel quien ha afirmado ante los micrófonos
que España ha sido rescatada y que lo que se está haciendo en el rescate de
Grecia es similar a lo se ha hecho en los de Irlanda, Portugal o España.
Pero
nadie en la derecha europea está preocupado porque en uno de sus países
miembros haya perdido la democracia, sino que se muestra contenta porque la
derrota es de un gobierno de izquierdas. Esta Europa que humilla a sus miembros
no es la solución sino el problema. Mientras la derecha grita de gozo, la bolsa
da saltos de alegría, y la banca española duerme tranquila con 3700 millones de
beneficio en el primer trimestre de 2015. En base a esos progresos Mariano dice
que a los españoles nos va de película, debe pensar que todos los españoles y
españolas somos accionistas de esos bancos, y así demuestra que está cumpliendo
su compromiso con España y con los españoles.
Como
un imberbe enamorado, Mariano esta sordo y ciego de amor por Ángela, o no se
explica que todo le venga bien y hasta se cuelgue una medalla por haber sido
el primer país al que Europa sanciona por ocultar el déficit de una región. Él
es más optimista que Zapatero, y ahora está convencido de que hemos cambiado
presidir el Eurogrupo por presidir el BCE. Sin duda Mariano vive su sueño de
una noche de verano, un sueño en el que imagina que todos hemos aprendido lo
que le ocurre a quien no obedece, y que con el miedo en el cuerpo, los
españolitos no volveremos a darle la espalda al PP como le ocurrió el 24
de mayo.
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