martes, 28 de julio de 2015

CORRUPCIÓN Y DATOS FALSOS. TODO VALE PARA GANAR



No pasa un solo día en que no nos desayunemos con un nuevo asunto que relacione al PP con la corrupción. Cuando la Gurtel ya casi dormía en los juzgados, les llega el sobresalto de la operación Punica, de la que dicen en el PP que tampoco sabían nada. Sacan a sus nuevas caras para que afirmen sentir nauseas, asco y simulen mostrarse abochornados y avergonzados por los comportamientos de sus compañeros. Mientras los que mandan de verdad en el partido, esos que es inverosímil que no supieran nada, continúan disimulando dormir su letargo veraniego.

Aunque lo nieguen, hay que rebuscar como si fuese una aguja en un pajar, para encontrarles un dirigente que esté libre de culpa. Son veintidós de los treinta y cuatro ministros de los gobiernos de Aznar los que están bajo sospecha de corrupción, el Ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid está acusado de dirigir una banda de delincuentes, y en la trama Gurtel el listado de miembros del PP implicados es interminable, pero en la dirección del partido siguen sin saber nada. Envían a los nuevos a dar la cara, y así intentan convencernos de que no tienen ninguna relación con la corrupción, y mientras los dinosaurios del partido continúan con su discurso de que las siete plagas de Egipto caerán sobre los españolitos de bien, si no siguen gobernando ellos. Es el discurso del miedo: "O el PP o los infiernos".

Llevamos cuatro años con un gobierno de señores con traje y corbata, que legisla para callar bocas, hacer recortes, salvar bancos y banqueros, dejar en el olvido a los dependientes, cerrar comedores escolares y camas hospitalarias, y aplicar sus políticas de austeridad para los ciudadanos. Machaconamente nos recuerdan a diario la herencia recibida, y se olvidan de que ellos llevan ya cuatro años gobernando y sus grandes logros consisten en no haber corregido el déficit, en cepillarse el fondo de reserva de las pensiones, y en seguir con el mismo número de parados  que encontraron a su llegada. Hablando de herencias, se olvidan de que quien les suceda en el gobierno, se encontrará un país de sueldos miserables para quienes lo tienen, y solo miseria (con mayúsculas) para los que carecen de empleo.

Y con este panorama, se acaba un julio sofocante en el país que funciona “como dios manda”. Rajoy, el presidente del partido corrupto y de nuestro gobierno, veranea en su bella Galicia natal, y la Secretaria General de ese partido, tras una desaparición post electoral, reaparece en la televisión de los obispos para asegurarnos que si no gobiernan iremos camino de los años treinta. Rajoy y Cospedal insisten en mostrarse como los valedores de la honestidad dentro del PP, aunque las últimas revelaciones sobre la operación Punica, hacen pensar que nadie debería sorprenderse si una mañana nos despertamos leyendo que a uno de ellos, un juez decide que engrose la lista de imputados.

Ni con frío ni con calor, se aparca la permanente pre campaña electoral a la que el gobierno nos lleva sometiendo desde hace cuatro año. A su regreso estival nos volverán a hablar de que no hay alternativa al PP, de que solo con ellos gobernando tendrán nuestros males remedio, o de nuevas rebajas de impuestos (sin decirnos que somos el país europeo donde más han caído los ingresos públicos). Su objetivo siempre ha sido que no sepamos la realidad, y así lograr que les demos el voto en las próximas generales. La rebaja fiscal es comprar nuestro voto por el módico precio de los diez euros que es lo que supone. Ni les preocupa lo más mínimo que tengamos un mercado de trabajo propio de un país de los llamados del tercer mundo, o que la desigualdad se haya incrementado de manera insoportable. Y mucho menos les preocupa que la corrupción les tenga putrefacto el partido, si nos convencen de eso que llaman el “milagro español”.  

Nadie duda ya que PP y corrupción son almas gemelas, aunque sus votantes no lo quieran ver. Pero en el PP saben, que después de dar con la barriga en el suelo en las municipales, solo si consiguen que los ciudadanos perdamos la perspectiva de la realidad, tendrán alguna oportunidad de triunfo en las urnas. Para eso están las cifras macro económicas, esas que, aun siendo importantes, no pueden ser utilizadas como instrumento para disfrazar el sufrimiento de la gente de a pie y la pobreza en las calles. Mentir como lo están haciendo, negando su corrupción y vistiendo a la mona de seda, es pasarse por la entrepierna el concepto de democracia.

Para conseguir su objetivo, no les importa los medios a utilizar, incluso cambiar la ley electoral. Veremos si de nuevo consiguen engañar a una mayoría. Si no lo logran, no será porque no lo estén intentando.

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